La pintura vive instalada en el dilema de aquella caricatura mencionada por Gombrich que define la dialéctica entre representación y abstracción. El espectador puede ver, según él mismo decida, al conejo o al pato, pero nunca a ambos al mismo tiempo. Parece ser que, cuando hablamos de pintura, se trata casi siempre de hacer elecciones, pero nunca de llegar a un acuerdo. Una excepción a este callejón sin salida es la actividad pictórica de María Acuyo, ya que ocupa un estado paradójico en la disolución de este viejo dilema.

Por un lado, se trata de una pintura ensimismada y de carácter procesual, realizada a partir de referencias a diferentes técnicas de la historia de la pintura que entran en colisión en el espacio del lienzo: impastos y densidades texturales frente a veladuras translúcidas, drippings concentrados frente a intensos y difusos lavados, ... manchas de color amplias frente a contornos bien definidos. De otro lado, la superficie pictórica aparece como un reconocible paisaje de vísceras, órganos corporales y organismos microscópicos, cuya escala sobredimensionada disuelve cualquier familiaridad y se nos presenta con tono amenazante y dramatizado. Mucho se ha hablado del deleuziano cuerpo sin órganos, pero este ecosistema bien podría definirse por su contrario: órganos sin cuerpo. Alusiones biomórficas y orgánicas desposeídas del referente corporal, que aparecen flotando en un magma pictórico de técnicas históricas diversas.

Y es precisamente en esta colisión donde cobra valor la pintura de Acuyo, licenciada, por cierto, tanto en bellas artes como en farmacia. Las vísceras y órganos, sin partir de una imagen figurativa, ensayan la manera de articular un vocabulario abstracto a partir de la literalidad de los procesos pictóricos. Los signos mostrados, pese a su apariencia, no guardan relación con leyes físicas naturales, sino que están determinados por el sistema abstracto de relaciones pictóricas con las que Acuyo juega.

En este sentido, destaca la serie Con-Secuencias, donde el título nombra la manera de producción de las obras: procesos pictóricos encadenados a los que reaccionan los órganos sin cuerpo. Pato y conejo a la vez.