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La fotografía se ha convertido en una acción constante, la mayoría de las veces ... muy automatizada, de capturar el mundo con fines poco nítidos. La ausencia de reflexión en la acción de fotografiar, genera una superproducción de imágenes, que a veces genera un mapa referencial confuso, no solo para lo narrado, también para el narrador.

Esta práctica de apunta y dispara evita muchas veces la ausencia de un proyecto a priori, generalizando, por la ausencia de reflexión, proyectos carentes de intención. Si bien, hacer presente los motivos que llevan a cada uno a fotografiar, aunque estas fotografías a priori fueran impulsivas, ya sería parte de este taller.

El taller planteará la necesidad de generar proyectos conscientes y reflexivos en la práctica fotográfica, siempre a partir de la experiencia personal de cada alumno, e intentando, partiendo de la historia de cada participante, resultados concretos al final del curso. Estos resultados han de estar direccionados en la consecución de una narración autónoma, además de generar en cada participante un compromiso claro con la cultura de la contemporaneidad.