-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

Desde la tradición pictórica del género de vanitas, el colectivo Haugr propone una revisión del concepto, llevándolo al siglo XXI a través de las nuevas tecnologías La obra, formada por una serie numerada y limitada a 7 unidades, se presenta con una cuenta atrás que marca inexorablemente el camino hacia la muerte, pero en esta ocasión añade un ápice de esperanza: un pulsador que hará creer al espectador que ese final se puede eludir; sin embargo, cuando el observador lo aprieta con el propósito de atajar el paso del tiempo, la obra continúa inmutable con su cuenta atrás, mostrando que nada puede detener el trágico final.

Esta obra, titulada Vanitas 1.0, demuestra cómo seguimos albergando las mismas preocupaciones que antaño sobre la vida y la muerte, y consigue asimismo presentar un concepto que proviene de la tradición artística a partir de la actualidad de la electrónica.

Así, la terminología vanitas proviene del término latín 'vanidad'. La utilización de este concepto dentro de la historia del arte rememora a la tradición judeocristiana, que lo incluye por primera vez como vanitas vanitatum omnia vanitas ('vanidad de vanidades, todo es vanidad') en un pasaje del Eclesiastés (también conocido como el 'Libro del Predicador'). Es éste un libro del Antiguo Testamento de la Biblia (y también del Tanaj hebreo) perteneciente al grupo de los denominados Libros Sapienciales, o de enseñanzas.

Este concepto determinó una particular forma de entender la vida respecto a la muerte, aludiendo al fin trágico que llega a todas las personas, sean de la clase social que sean, y que se presenta como una desvirtuación de los objetos materiales, ya que en el momento de la muerte éstos no servirán de nada.

Todas estas premisas determinaron un género artístico dentro del bodegón, también conocido como 'naturaleza muerta', que cobró gran importancia en la pintura del Siglo de Oro español (a caballo entre el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del XVII), y que se caracterizaba por la aparición de objetos que aludían al concepto de vanitas, al representarse tres grupos de objetos claves que las diferenciaban de las habituales 'naturalezas muertas' y que le otorgaban un profundo simbolismo en su significado. Los tres grupos contaban con objetos de los placeres de la vida terrenal, objetos de tránsito y objetos de salvación. Los primeros, objetos de la vida terrenal, representaban bienes banales como perfumes, monedas, o naipes que también significaban el azar; los segundos, los de transición, denotaban inestabilidad, paso del tiempo o cambio de la vida a la muerte y solían ser relojes, velas o brújulas. En este grupo habría también referencias a la fragilidad de la vida, como jarrones de cristal o pompas de jabón que remitirían a la brevedad de la vida y la contundencia de la muerte, representada en la forma de la calavera; y por último, los terceros, los objetos de salvación, aducían al concepto religioso de una vida en el más allá mejor que la vida en la tierra y solían ser cruces o cuadros de temática religiosa.

Todos estos conceptos, que muestran una simbología muy determinada en las pinturas de vanitas, extrapolan un concepto más simple, como el temor a la muerte y el saber que nada de lo que obtengas materialmente en la vida servirá en ese trágico final.