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Desde el día 25 de noviembre hasta el 2 de diciembre Openstudio presenta la exposición 'más allá de la mirada'. Bajo este título se establece un diálogo entre la pintura de Rufino Mirayo y la escultura de Leopoldina Valdemoro, cuyas obras muestran una manera diferente de aproximarse al retrato.

En la exposición los artistas parten de la emoción como impulso que les lleva a crear, y cómo ésta hace que decidan inmortalizar las sensaciones, las miradas o los estados de ánimo de esa persona que les impresiona fuertemente. Cuando los artistas se enfrentan al rostro, tratan de eternizar la presencia de unos rasgos, de una sonrisa, de un sentimiento que profundiza ... en el alma y trata de ser perpetuada.

En la obra de Leopoldina Valdemoro, el retrato viene de esa emoción que surge de lo que ama; esa pasión que fluye desde el objeto amado, acaba trascendiendo la propia escultura y ese sentimiento de amor eterno se acaba convirtiendo en un gesto de belleza.

Platón definía: 'La belleza es el esplendor de la verdad'. Las cabezas de Leopoldina Valdemoro tratan de acercar amor, belleza y verdad mostrando la sutilidad del sentimiento y la viveza de la emoción.

'Al igual que una cabeza egipcia y un retrato romano consiguen una autonomía estética (sin poder comprobar jamás si el parecido es fiable o no), mis cabezas quieren ir más allá del parecido y mostrar una belleza atemporal.'

También Rufino Mirayo presenta una serie de retratos en los que la emoción se convierte en el punto de partida, pero en su caso, la imagen materializada está más conectada con los momentos vividos junto a una persona determinada, con las sensaciones que ésta ha producido en su vida. Los seres que le conmueven quedan reflejados en unos lienzos donde colores y pinceladas estremecen al espectador.

Las obras de Rufino Mirayo están abiertas; siendo el público, el que debe conectar con sus impresiones y sentir la obra: vivirla.

'Pienso que el espectador puede disfrutar más de la obra si participa de ella, tanto gracias a una interpretación emocional, como a un acercamiento intelectual, siendo él mismo quien complete y reinterprete la obra, como si de una nube o una mancha de humedad en la pared se tratase.'