En nuestro caso, presentamos algunas telas y una serie de dibujos en blanco y negro y color realizados a partir de 1975. Creemos que a partir de mediados de los 70 y a lo largo de la década de los 80, Bonifacio consigue un lenguaje tan personal que le convierte en uno de los pintores más interesantes de su generación. En 'Bonifacio: Un recuerdo' queremos resaltar ese período clave para nosotros, apoyándonos en algo esencial que hemos descubierto recientemente: la necesidad de mostrar sus obras en convivencia con considerables espacios vacíos.

Otro de nuestros propósitos ha sido intentar que se sorprendan de forma grata esas personas que no son en absoluto demasiado partidarias de Bonifacio. También, nos hemos propuesto que perciban aspectos nuevos y desconocidos esos aficionados y seguidores acérrimos de este creador. ¿Lo hemos conseguido? ¡Ustedes tienen la palabra!

Poco antes de morir Bonifacio volvió a su tierra, como si intuyera que estaba a punto de dejarnos. No era consciente, debido a su humildad, que estábamos ante uno de los creadores más polifacéticos de su generación: prolífico pintor, dibujante sin igual y grabador de calidad sin límites (Premio Nacional de grabado 1993). Pero ahora que se ha ido mirando al Cantábrico, prefiero recordar sus palabras: 'Lo primero que hago cuando viajo a San Sebastián, es dejar la bolsa en casa e irme al muelle a ver la mar.' (Conversaciones, 1998)