Mas allá de la Materia de Hristina Milanova es un proyecto que combina varias disciplinas, aglutina tres lenguajes artísticos en uno solo, para dar lugar a una experiencia artística cercana a la sinestesia. Tres piezas pictóricas de gran tamaño, su primer álbum musical 'To be Space' y una instalación lumínica, envuelven al público en un ambiente donde se priorizan las sensaciones.

Desde principios del SXX, muchos movimientos artísticos han trabajado sobre las cualidades sinfónicas de la pintura y de la plástica en general. Desde Rusia hasta los Ángeles, durante los primeros años del siglo pasado artistas como Kandisnky o los Sincromistas, como Stanton MacDonald-Wright y Morgan Russell, sembraron las bases de la abstracción, relacionando color, composición y música, con la intención de crear el arte más sublime. A partir de entonces, la plástica abstracta evoluciona hacia una búsqueda de lo espiritual, a través ... de la luz, la forma y su relación con el espacio; podemos pensar en la abstracción mística James Turrel y en Dan Flavin, que usa la tecnología para disolver los espacios en puros campos de color y así llenarlos de espiritualidad.

Milanova recoge todos estos referentes presentes en nuestra cultura pop más contemporánea y los actualiza en una serie de obras que terminan en el ojo del espectador y en la percepción personal que cada uno tenga de la misma. Contemplar las obras de Hirstina Milanova nos lleva un tiempo. Literalmente hay que esperar y eso nos lleva a relajarnos para poder ver y sentir. Esta exposición nos ofrece una experiencia de orden contemplativo a través de la abstracción y de la apropiación de las particularidades físicas de la materia o la energía.

Una parte muy importante de la obra de esta artista multidisciplinar es musical. En esta exposición tendremos el privilegio de asistir a la presentación de su primer álbum, 'To Be Space', donde podemos sentir traducidas a la música las piezas plásticas de la exposición. Descalzándonos por un momento de la razón que nos sostiene con los pies en el suelo, Milanova transforma el espacio en una gran caverna platónica, en un lugar donde luz, color y música, se unen para transcender en la representación y elevarnos como espectadores a un nivel sensorial sublime.