La Fundación Luis Seoane acogerá durante los próximos cuatro meses la exposición Trabajar con signos. Alberto Corazón. 1963-2013, una gran muestra antológica que en la que se recogerán trabajos diseñados por Alberto Corazón (Madrid, 1942) a lo largo de los últimos cincuenta años. La exposición, patrocinada y organizada por la Fundación Murcia Futuro, una institución cuyo objetivo es la promoción de la arquitectura y el diseño, mostrará al público 100 carteles, 260 publicaciones, 5 audiovisuales, así como maquetas y bocetos originales realizados por el diseñador español, a través de un recorrido expositivo creado por la comisaria de la muestra, Ana Arambarri.

1_ Arte y diseño

Alberto Corazón es un artista polifacético que ha logrado combinar diferentes disciplinas a lo largo de su vida. En esta exposición, que reúne diseños y piezas originales del ... autor, se puede comprobar que su obra conforma un TODO. Carteles, dibujos, óleos, logotipos, esculturas, murales, relojes de sol, fuentes... mantienen una unidad de estilo en donde queda manifiesta la personalidad del autor. Todo habla de lo mismo.

La actividad profesional de Alberto Corazón está determinada por un ritmo vertiginoso de trabajo. Hasta el momento, no se conoce la catalogación total de sus diseños y obra plástica. En el área de la creación artística se registran ya más de 1.900 pinturas y esculturas. Sin embargo, no es tan fácil relacionar la totalidad de los trabajos diseñados por Corazón, que han quedado dispersos. Originales perdidos, que se han ido enviando a imprentas o a clientes, sin guardar ninguna copia, maquetas y prototipos....

En la exposición se puede ver un conjunto significativo de sus trabajos, más de 1.800 imágenes de empresas e instituciones, logotipos y marcas, Identidad Corporativa y un conjunto relevante de diseño industrial (cajeros, teléfonos, lectores de códigos...). No es la totalidad, pero sí un conjunto significativo de su obra. Una pequeña parte de toda una vida.

2_ Compromiso y ética

Alberto Corazón comienza su actividad profesional como diseñador en 1963, trabajando en El Caso y en la compaginación del semanario Sábado Gráfico. No era tarea fácil, en esa etapa, abrir nuevos caminos en este país. La sociedad española, aún bajo la presión política de la dictadura, tan sólo se conformaba con sobrevivir, la vida cultural era inexistente y cualquier idea innovadora era perseguida por subversiva y peligrosa.

Sin embargo, la década de los sesenta se presenta como una etapa convulsa. Multitud de jóvenes por toda Europa se manifiestan por las calles y la primavera del 68 se convierte en el punto de inflexión que enciende el espíritu de la sociedad. En España, surgen voces que, en la clandestinidad, se alzan en defensa de los nuevos ideales. La situación explota y se suceden manifestaciones, encierros y huelgas convocadas por universitarios y grupos de izquierdas, que lanzan proclamas y organizan actos culturales solidarios con las movilizaciones obreras.

Es precisamente en ese contexto, en 1965, cuando Alberto Corazón y un grupo de amigos universitarios, que perseguían el sueño de abrir la cultura española a la renovación del pensamiento que se vivía en Europa, fundan la editorial Ciencia Nueva, plataforma en la que consolida su actividad profesional como diseñador. Años más tarde, y ahogados por la censura, tras el obligado cierre, Alberto Corazón Editor es la segunda editorial que constituye junto a un grupo de amigos, hoy personalidades relevantes del mundo de la cultura (Miguel García Sánchez, Valeriano Bozal, Juan Antonio y Alberto Méndez). Nacen Comunicación, Zona Abierta y la colección de poesía Visor, que son sus proyectos de pensamiento y vanguardia. 'Entre las viejas imprentas aprendí no solo un oficio, sino un modo de entender la vida. Aprendí a escuchar, a respetar y a ganarme el respeto' afirma Alberto Corazón. 'Con aquellos tipógrafos, correctores, maquinistas, regentes, establecías una hermosa relación de intercambio'.

Su carrera como diseñador, extraordinariamente influyente desde los primeros años, se complementa con manifestaciones de 'arte conceptual', que se exponen en las galerías Redor, Buades, Alexander Iolas y Vandrés. En esa década sus obras artísticas se exhiben con frecuencia en importantes galerías y espacios alternativos por Europa y América, y en 1973, es invitado a exponer en la Bienal de París y en 1976, en la Bienal de Venecia.

3_ El papel del diseño en la Transición

El recorrido de los españoles hacia una sociedad libre y abierta, se inicia a partir de 1976, cuando la oligarquía franquista que ocupaba el sector público es sustituida por una generación de jóvenes entusiastas que quieren acceder a la modernidad con rapidez. 'De la clandestinidad a la Transición. Todo ocurrió en ese estado de júbilo y entusiasmo que caracterizó a la sociedad española en los siguientes treinta años.', afirma Enric Satué, 'Regresaron al país intelectuales y políticos que se habían visto obligados a exiliarse. Se recuperó la memoria y se perdió el miedo'.

Todo se produce a gran velocidad. No solo en la toma de decisiones, sino en los procesos de implantación. El sector público, la industria y los servicios se renuevan gracias a jóvenes directivos sin prejuicios empresariales y con una gran visión entre lo esencial y lo accesorio. Esto hizo posible que, en poco tiempo, el diseño en España alcanzase un estatus y un nivel profesional importantes. 'El diseño vivió su edad de oro.' continúa diciendo Satué'Fueron grandes protagonistas de esa parte de la historia. Diseñadores gráficos, a la cabeza de movimientos cívicos, encabezaron el proceso del cambio. Dieron luz a las primeras imágenes, los primeros signos del cambio'.

El sector público es el motor de arranque. El Ministerio de Obras Públicas es la primera institución que, en 1981, se propone desarrollar un programa de Identidad Corporativa y editar el Manual de Normas. Esta decisión es determinante para la aceptación del diseño en la modernización del sector público. Pronto siguieron su ejemplo la Comunidad Autónoma de La Rioja y el Ministerio de Cultura, que en 1983, deciden sumarse al proceso de cambio. La necesidad de cambio se extiende a otras autonomías y ciudades: Extremadura, Andalucía, Bilbao, Burgos, Toledo... Un mundo hasta entonces desconocido comienza a instaurarse como elemento imprescindible para afrontar el verdadero cambio del país.

4_ La renovación de la imagen

La industria cultural, inexistente durante la dictadura, toma gran protagonismo a partir de 1976. Se suceden los encargos de editoriales, empresas periodísticas, medios de comunicación, eventos culturales, teatro, fiestas, ferias, música. Una vez más, la renovación de la imagen viene a través del diseño, que se presta a atender y solucionar las nuevas demandas. Alberto Corazón concibe el cartel como una superficie de comunicación y reflexión gráfica. En el período de los sesenta a los noventa diseña, con una dinámica enloquecedora, más de 600 carteles y 1.000 cubiertas editoriales. Utiliza imágenes publicadas en la prensa, amplía la imagen y juega con colores y tipografías intencionadamente imperfectas. El resultado son mensajes cargados de energía ideológica. A juicio de Fernando Gómez Aguilera 'Alberto Corazón se manifiesta como un cartelista versátil en sus registros, culto y concluyente, optimista, sólido y vibrante, capaz de convertir la inteligencia en una placentera celebración colectiva, y la gráfica en una modalidad de pensamiento fuerte'.

Son años en los que el cartel encuentra de nuevo un espacio en la calle, en los cafés, en las librerías. Los planteamientos gráficos remiten, más que al espectáculo en sí, a la capacidad de sugerencia de las imágenes para provocar al espectador. Hay que destacar sus carteles realizados para el Centro Dramático Nacional y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que apuestan por la renovación de la imagen de la mano del diseño. 'En los años cincuenta los profesionales creían que un buen cartel tenía que ser como 'un puñetazo en el ojo', escribe Enric Satué, 'La fuerza de las imágenes, la potencia de los colores, el dramatismo de las composiciones y la contundencia de los mensajes conceden a los carteles de Alberto Corazón una naturaleza combativa y una fuerza tan genuinas, asimilables al boxeo. Con razón, a la vista de tan originales y poderosos carteles, Massimo Vigneli exclamó ' ¡pero,... esto no es un diseñador, esto es un gigante!'

En el otoño madrileño, mientras los árboles dejan caer sus doradas hojas, la ciudad se transforma. Grandes carteles, vallas publicitarias, mupis en las paradas de autobús y metro, todo se viste de colores gracias a los jarrones de Alberto Corazón. Es el año 1983 cuando se crea el Gobierno Autonómico de Madrid, y entre sus primeras iniciativas, organiza un gran festival de música, danza y teatro a la altura de los grandes circuitos internacionales de la creación contemporánea: Festival de Otoño. Para generar una identidad integradora se encarga a Corazón el diseño de los carteles genéricos, de ciclos, espectáculos y programas. La imagen, diferente en cada edición, representa un jarrón de granito, iconografía característica en la arquitectura madrileña, que adorna los palacios de la ciudad.

5_ La modernización de la empresa

El diseño ha ido adquiriendo un papel relevante en la sociedad española. La industria, los servicios y las instituciones han entendido el papel del diseño para conseguir sus objetivos y mejorar su relación con lo que nos rodea. A través del diseño de los últimos cincuenta años se puede reconstruir una historia de España. Es un relato de la transformación de la sociedad contemporánea, que por fin ha constatado que el diseño es una necesidad, una herramienta para resolver problemas funcionales y no solo estéticos. Sobre este tema, Fernando Gómez Aguilera, ha escrito que 'nuestra destreza perceptiva responde a reglas precisas, a dinámicas neuronales que el diseñador no debe desatender al plantear sus propuestas. Se trata, en definitiva, de conocimiento, no de gusto; de preguntas, no de estética; de procesos, no de inspiraciones. Sin duda todo tiene piel y forma visual, pero no gratuitamente, sino como resultado de la causalidad reflexiva en diálogo con la naturaleza del encargo'.

Alberto Corazón es capaz de trabajar simultáneamente en diseño gráfico, Identidad Corporativa y diseño industrial. 'Nunca he sentido que estos trabajos eran diferentes a los desarrollos entre sí'. La diferencia solo viene determinada por su funcionalidad. Cada Identidad representa un mundo propio y vivo, de acuerdo con las características de la empresa o institución. Cada una de ellas tiene su Manual, que ayuda a la empresa al cumplimento e implementación de la Identidad. Del mismo modo, en diseño industrial ha proyectado y ha realizado la señalización de espacios públicos y privados, el diseño de cajeros automáticos, lectores de códigos de barras, objetos de uso doméstico, teléfonos y equipamiento de ferrocarriles.

Las transformaciones de la sociedad española en los años ochenta le dan la responsabilidad de diseñar la Identidad Gráfica de las más grandes empresas e instituciones financieras y culturales. Entre otros, el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía, La Rioja y Extremadura, el Instituto Nacional de Industria, el Banco Urquijo, el Banco Hipotecario, la Corporación Siderúrgica, Ferrovial, Avidesa, la Biblioteca Nacional, el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ONCE y Cercanías de RENFE.

Pero no es esta la única actividad de Corazón, que simultanea también con la actividad plástica. A partir de 1990, su obra artística, pintura y escultura, se exhibe en las galerías Gamarra y Garrigues, Elvira González y en el Würth Museum Künzelsau. Desde 2001, es representado por la Galería Marlborough, en donde expone regularmente tanto en Madrid como en Nueva York. Su obra escultórica pública está presente en espacios urbanos de Madrid, Murcia, Alicante, Mallorca, Jerez....

6_ El diseño y la Academia

Hasta finales del siglo XX, en España se consideraba el diseño como un arte menor por su funcionalidad y utilidad. La demanda de la sociedad y la popular trayectoria por la nueva estética han empujado a modificar este anticuado criterio. En el año 2006 el diseño es admitido como nueva disciplina y queda incorporado a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando con el mismo rango que la música, la fotografía, el cine, la pintura y la escultura. Alberto Corazón es el primer diseñador que tiene el privilegio de leer en la Academia su discurso de ingreso: Palabra e Icono: Signos. Todo un símbolo.

7_ El diseño y el arte

Este apartado ha sido concebido específicamente para la muestra en la Fundación Luis Seoane. La relación de las obras de Alberto Corazón siempre ha estado interconectada. Los mismos signos gráficos los ha utilizado tanto para la obra plástica como para el diseño. En este apartado se muestran obras originales, creaciones realizadas por Corazón, que han tenido aplicación en carteles o en Identidad Gráfica. Una muestra singular que demuestra que la creación siempre está latente, sea cual sea su plasmación gráfica.