Para el artista mallorquín Miquel Barceló el estudio, la experimentación y la innovación han sido constantes en las innumerables obras que ha realizado.

Esta exposición se divide en varias series, todas realizadas sobre papel, que a pesar de ser un material modesto va a tener la calidad y la fuerza de lo esencial y lo orgánico. El recorrido expositivo presenta la obra en tres bloques específicos: la obra gráfica de los años 90, la serie In Mali y la serie Lanzarote. En total 26 grabados, que se complementan con diferente material documental y grafico y una proyección del documental Les atéliers de Barceló de Jean-Marie del Moral.

En la serie 'Lanzarote' realizada a comienzos de este siglo, podemos ver todo el primitivismo influido por sus largas y repetidas estancias en África, donde obligado ... a volver a los orígenes, crea una pintura llena de gran profundidad espiritual, descubriendo que la pintura es una de sus necesidades vitales.

Crea una serie con gran variedad de temas y formas, observándose en todas ellas la permanencia y el cambio, tanto formal como temático. En esta serie observamos coincidencias en los rasgos formales, vemos por ejemplo la reiteración en la representación de animales, como la cabra. La cabra se plantea como animal sagrado por la necesidad vital del sustento. La representa como reflejo de una realidad nueva, donde es protagonista de todos los conflictos internos que sufre el hombre. Para ello la transforma, la descuartiza, la hace retorcerse o caminar en una hilera infinita con viaje hacia ninguna parte.

En esta misma serie vemos también bodegones, siendo él el chef, no de alimentos sino de espléndidas formas plásticas. En sus naturalezas muertas intenta remover la tradición pero sin espíritu destructivo. Plantea estas piezas como elementos de un gran ballet, formas que danzan no sólo en la mesas sino en la obra. Para Barceló los modelos, que los tomaba colocándolos directamente en el suelo, pasan a ser un elemento más del espacio pictórico. Los trazos alargados que plantean, les da cierta organicidad propia de las raíces más profundas.

Pero no sólo le va a interesar los elementos naturales y animales, para Barceló el pintar era una necesidad vital más, como el sexo, asimismo crea las obras 'Pornográficas', en las que el último elemento existente en ellas es el acto sexual, ya que primero nos muestra la interactividad de los cuerpos humanos, creando nuevamente una coreografía de ritmos internos.

En el año 1991 realizó una seria para el Museo del Prado, llamadas Acróstico de Cabras y de burros. En estas cuatro obras, pintadas a modo de díptico, Miquel Barceló, aúna los conceptos desarrollados en la serie Lanzarote, tanto en la representación del animal, como en las de las naturalezas muertas. En ellas representa la vida y la muerte, el cambio y la corrupción, diseccionando los elementos, reduciéndolas a meros trazos formales.

Debido a su espíritu mediterráneo, Barceló, va a pintar numerosas marinas a lo largo de toda su carrera artística. Dos de ellas la recogemos en esta exposición. Ambas están realizadas con el mismo poder de las obras de sus primeros cuadros donde la materia estaba tan presente, pero con la fuerza inquebrantable del negro. Para el artista el negro, o las sombras en otras ocasiones, es muy importante ya que para él lo que no es tiene más intensidad que lo que es.

La última serie de la exposición es la realizada en París en la década de los 90. En ella vemos un grafismo muy intenso. En la obra Calamar sigue insistiendo en la caducidad de todos los elementos, en un animal marino o en un toro de lidia. Barceló pintará el toro dentro de un todo concéntrico que es la plaza, pero aquí no está pintada como un elemento más del folklore español, sino como una pieza colocada en la delgada línea que divide la vida y la muerte.

Miquel Barceló, va a realizar una obra de pensamientos profundos y depurados, cargados de energía y generando preguntas y sugerencias.

'Pintamos porque la vida no basta', dijo una vez en una entrevista. Y así ha hecho y así hemos recogido un fragmento de su arte y en definitiva de su vida en esta exposición.

La exposición está comisariada por Antonella Montinaro, directora de marketing y exposiciones en arte contemporáneo GACMA. Y es la primera vez que esta muestra se expone en Cataluña.

SOBRE EL ARTISTA

Miquel Barceló nació en 1957 en Mallorca. A los 18 años se inscribe a la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona, donde sólo permanece algunos meses. Por los mismos años, participa en acciones de protesta contra la situación política en España, luego participa en la ocupación de Sa Dragonera, una pequeña isla de las baleares, con militantes ecologistas y anarquistas, para impedir operaciones inmobiliarias.

Sus primeras exposiciones las realiza en Barcelona y Mallorca. Es al principio de los años 80 cuando Barceló enfrenta sus pinturas a las oxidaciones, manchas y grietas de las inclemencias naturales y artificiales.

En 1982, la galería Axe Art Actuel en Toulouse acoge su primera exposición personal fuera de España, el museo de arte contemporáneo de Burdeos, compra entonces varias de sus obras. Participa a continuación en la Documenta VII de Kassel.

Barceló se instala en Nápoles en 1983, dónde realiza obras con las cenizas del Vesubio y los pigmentos locales, (exposición en la galería Lucio Amélio), expone a continuación en París, en la galería de Yvon Lambert dónde Bischofberger compra la mayoría de los cuadros expuestos. Al año siguiente, el artista se instala en Portugal, donde sigue sus experimentaciones: mezcla su pintura con arena, piedras, algas, luego establece su taller en una iglesia abandonada de París dónde realiza series de obras sobre el Louvre, el tema de las bibliotecas y salas de cine.

Expone por primera vez en la galería de Bruno Bischofberger en Zurich, que se convierte en su negociante. El MOMA de Nueva York acoge sus cuadros para una exposición. Se instala a continuación en Farrutx, donde varios museos adquieren sus cuadros. Por esa época es cuando comienza a colaborar con el fotógrafo Jean Marie del Moral.

En 1988 Barceló viaja por primera vez a África, donde trabaja principalmente sobre papel con pigmentos locales. No será ni la primera ni la última vez que viaje al continente africano, puesto que regresará en contadas ocasiones intentando encontrar la esencia de su pintura.

En 1990, Barceló realiza láminas: litografías en blanco y negro y en colores para los talleres ITEM en París. Este mismo año crea 4 litografías para un texto de Bowles realizando grabados al agua fuerte. En 1990, Barceló se entrevista con Hervé Guibert que firmará el prólogo para el catálogo de su exposición en Nimes, el año siguiente.

En 1991, construye un taller piragua sobre el cual desciende el río Níger. Pinta entonces obras sobre el tema de las piraguas y de la vida en torno al río.

En 1992, Barceló realiza litografías con relieves para ilustrar el libro erótico del escritor y fotógrafo ciego Evgen Bavcar, en total 48 litografías acompañan la obra. Realiza también una serie de retratos de su mujer Cécile, de Evgen Bavcar, de Bischofberger, de Castor Seibel etc.

En 1995, Barceló expone en el IVAM de Valencia, y realiza sus primeras 'tierras cocinadas en Malí', así como grandes retratos de sus amigos. Barceló expone sus obras en la Galería Nacional del Juego de Palma y en el centro Pompidou en París. En 1998 Barceló instala su taller en la iglesia de Santa Eulalia dei Catalani dónde pinta sobre las paredes y expone sus cerámicas realizadas en Mallorca. Reside a continuación en los talleres Jakubec donde crea más de ciento cerámicas para la exposición en el museo de las Artes decorativas. Barceló controla perfectamente esta técnica, al igual que controla las técnicas de la litografía y el grabado.

En el 2003, recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, uno de los premios más importantes de España.

En el año 2004 expuso en el museo del Louvre las acuarelas que creó para ilustrar La Divina Comedia, convirtiéndose en el primer artista contemporáneo vivo que expone en el museo.

En 2008, decora la Cúpula de la sala XX del Palacio de las Naciones Unidas, en Ginebra.

Actualmente reside entre París, Mallorca y Mali (África).

Entre sus recientes exposiciones se encuentra la celebrada en el Caixaforum de Madrid y Barcelona la muestra 'Miquel Barceló. 1983-2009. La solitude organisative', retrospectiva de los 25 años del artista.

En enero de 2014 ha sido galardonado con el Premio Nacional de Artes Gráficas. El jurado reconocía con este premio 'la dedicación y trayectoria' de Barceló en el 'mundo de la estampa y el arte gráfico durante más de treinta años'.

SU OBRA

Barceló es sin duda el pintor español con mayor proyección internacional y esto se debe incuestionablemente a que es un artista polifacético y enormemente prolífico, que trabaja con igual soltura y maestría la pintura, la escultura, la cerámica, el grabado, el dibujo, los murales e incluso decorados de óperas para los cuales ha realizado grandes telas.

Además de por su pericia en cualquiera de la técnicas y expresiones artísticas, Barceló se caracteriza por su enorme personalidad a la hora de elegir sus soportes y materiales de trabajo, a los que se puede calificar en ocasiones como materiales poco ortodoxos, que logran hacer que su obra tenga siempre un aspecto muy experimental a la par que diferente.

Maneja con tanta destreza cualquier técnica de expresión artística, que lo convierten indudablemente en uno de los artistas más completos. De hecho esta gran habilidad para las técnicas hace que su obra pueda beber directamente del arte de lo grandes maestros del arte de los siglos XVII y XIX, haciendo que su pintura tenga un lenguaje de lo más particular y evocador.

Es un clásico tremendamente actual, al saber combinar las formas y las técnicas más antiguas con los materiales y su propio lenguaje que son utilizados de la manera más actual.

La obra de Barceló es una obra totalmente única, gracias a sus influencias que vienen de caminos de lo más heterogéneos.

Una de sus grandes influencias es la luz y la cultura mediterránea que le viene de su Mallorca natal y que le hace beber de grandes maestros como Picasso y Miró, dos grandes amantes de dicha cultura.

Otra fuente es el neoexpresionismo alemán, que le lleva a combinar elementos de tendencias anteriores. A jugar con la yuxtaposición de elementos figurativos y abstractos. A realizar trazos amplios. A la combinación de técnicas y materiales...

Y por último un gran sentimiento de placer por el hombre y la naturaleza, del que se ve totalmente embargado en su primer viaje a África de 1988, y que tanto nos reflejará en su obras.

Por otra parte, debemos destacar su gran afición por la literatura, que lo llevará a embarcarse en proyectos como la ilustración de una edición de la Divina Comedia de Dante, además de a firmar los prólogos de sus catálogos y cuadernos.