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Mi pintura se caracteriza por el tratamiento del color y del gesto. Surge de una acción pictórica. Quiero ir más allá de las fronteras entre abstracción y figuración. Pienso que una determinada ambigüedad o un encuentro, una mezcla entre recursos de la abstracción y elementos reconocibles, sirve para alcanzar nuevos espacios creativos.

Durante años desarrollé un trabajo que se llamaba Laboratorio de sombras, a partir de unas formas esquemáticas y primitivas, con siluetas del cuerpo humano, manos, contornos de animales, fragmentos de objetos y otras presencias. Buscando siempre el sentido emblemático de la imagen.

El sistema empleado para la obra que presentamos 'Mano con círculos': es un gran vinilo multicolor de cerca ... de doce metros de altura que se fue superponiendo a las ventanas de la fachada. Al ocupar el centro de la fachada a modo de vidriera polícroma quise que la transparencia de la obra permitiera pasar la luz. Procuré utilizar colores lo más transparentes posibles, para que la luz del día llegara al interior de las aulas, introduciendo un cromatismo de verdes, amarillos y rojos en el edificio. De cara al exterior, mi intervención, se configura como una gran vidriera central de carácter vertical y que termina con el arco de medio punto que singulariza la arquitectura de la sede.

Es interesante también subrayar como la fragmentación de la imagen (en las diferentes ventanas de los distintos pisos) crea una retícula de horizontales y verticales que se superponen a la imagen dándole una dimensión nueva. A mi me interesa mucho la geometría (creo que es una decisiva herramienta simbólica en la representación). Esta obra surge de la interacción entre las pinceladas líquidas y el cromatismo libre. con la estructura de los perfiles que trazan esa cuadrícula de verticales y horizontales. Hay un enfrentamiento entre la geometría rígida y el gesto desinhibido. También entre los círculos de la imagen y los rectángulos de las ventanas.

Por otro lado también me parece importante señalar que una de las ventajas que tienen las artes plásticas es el hecho de expresarse a través de un idioma universal. No hay fronteras ni separación de idiomas. Existen unos puntos de contacto en el imaginario colectivo que hacen que más allá de las diferencias culturales exista un poso común, un fermento creativo próximo al origen, que hace que el lenguaje de las formas humanas tenga una dimensión universal. Hay muchas diferencias naturalmente, a la hora de tratar los temas y técnicas, pero subyacen constantes subterráneas que atraviesan culturas. Esto permite ver afinidades entre el arte popular de Sudamérica, Centroeuropa o la iconografía que vemos aquí en Marruecos.

La mano para mí tiene mucha importancia. Creo que el ver es un contacto a distancia. Trabajo normalmente en los cuadros aplicando la pintura con las manos. El espacio es algo táctil. Esa memoria táctil esta siempre muy presente. Por eso pensé en utilizar aquí como elemento central esa silueta de una gran mano con círculos de colores.

Para mi es un orgullo estar en esta hemosa ciudad de Marrakech, con su colorido mítico y su plenitud sensorial. Aquí se sienter una fascinación enorme por el color y la luz que desde siempre atrajeron a grandes artistas como Matisse o Paul Klee. Por otro lado una propuesta así por su ubicación, tan céntrica en la ciudad, se convierte en una intervención de arte público. El arte en la calle, en relación con la vida cotidiana de la ciudad. Planteando una integración con el exterior, con el tráfico y la gente que camina.