Exposición en Valencia, España

Ana Peters - Homenaje

Dónde:
Galería Punto [ESPACIO TRASLADADO] / Avda. Barón Cárcer, 37 / Valencia, España
Cuándo:
27 mar de 2014 - 15 may de 2014
Inauguración:
27 mar de 2014
Organizada por:
Artistas participantes:
Descripción de la Exposición
Exposición participante en el Festival Miradas de Mujeres 2014. Concebida como una pequeña retrospectiva en homenaje a su trayectoria, esta exposición se centra en dos momentos culminantes de la trayectoria de Ana Peters (1932-2012): la obra Pop de los años 60 y la abstracción monocromática de sus últimos años, incluyendo una representación de sus pinturas sobredoradas expuestas en el MNCARS y en el IVAM.

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Aunque nació en Bremen en 1932, Ana Peters se educó en Valencia, ciudad donde sus padres se instalaron al comenzar la Segunda Guerra Mundial. Inició su licenciatura en Bellas Artes en Valencia, en la Escuela de San Carlos y la terminó en Madrid, en la Escuela de San Fernando. Entre sus compañeros de estudios de Valencia cabe mencionar a Ignacio Lorente-Tallada, Luis Cillero, Nassio Bayarri y Antonia Mir; entre los de Madrid a Eduardo Sanz, Isabel Quintanilla, Isabel Baquedano, Cristino de Vera y ... Alfonso Fraile. Su primer trabajo profesional, las pinturas murales de la nueva Iglesia de San Claudio en Leon, lo hizo en 1957 en colaboración con Alfonso Fraile. Su primera exposición individual tuvo lugar en 1959 en la Sala Mateu de Valencia, ciudad donde se estableció de nuevo al terminar los estudios.

 

El ambiente artístico valenciano estaba dominado en esos años por el Grupo Parpalló -que se disolvería al poco tiempo- y por el debate entre la figuración y la abstracción. Aunque en sus dos primeras exposiciones individuales (ambas en la Sala Mateu) Ana Peters presentó obra figurativa, en esos mismos años comenzó a experimentar también con la abstracción, especialmente en un pequeño grupo de collages, próximos a los que por entonces hacían Gerardo Rueda y Salvador Victoria, pero que anunciaban ya, por otra parte, el trabajo que ella misma iba a hacer un cuarto de siglo más tarde. Abstractas fueron también algunas pinturas murales que hizo a comienzos de la década de los 60, entre las que destaca un gran friso, hoy destruido, que pintó en el Restaurante Viveros de Valencia.

 

En 1964 Ana Peters fue uno de los miembros fundadores de Estampa Popular de Valencia. El año anterior había hecho en la Sala Mateu una exposición que marcaba el inicio de una nueva etapa, caracterizada por el uso de imágenes tomadas del campo de la ilustración gráfica o de la iconografía popular. También en 1964, tras haber visto (en nuestro viaje de bodas) obras de Rauschemberg, Warhol y Lichtenstein en la Galería Illeana Sonabend de Paris, Ana Peters comenzó a aplicar a su pintura técnicas características del arte pop, como la transferencia de imágenes y el uso de recursos propios del diseño gráfico y publicitario. A partir de ese momento se interesó cada vez más por la iconografía comercial, aunque, a diferencia de los pintores norteamericanos y en paralelo al trabajo coetáneo del Equipo Crónica o el Equipo Realidad, lo hacía con una intención explícita de crítica social. Dentro de esa tendencia, que tanto había de destacar en Valencia en los años 60, construyó un lenguaje propio, que se caracterizaba por la sencillez, el rigor y la claridad, y forjó una poética personal, orientada preferentemente al uso comercial de la imagen femenina. Esa etapa culminó en una exposición individual realizada en 1967 en la Galería Edurne de Madrid, programáticamente titulada Imágenes de la mujer en la sociedad de consumo de masas. Puede decirse que fue una exposición pionera, tanto por la rotunda novedad de un lenguaje que encajaba con lo más avanzado del pop crítico de los años 60, como por su temática, en la que se anticipaban unas premisas que el movimiento feminista no iba a desarrollar hasta bastantes años más tarde.

 

La exposición de la Galería Edurne fue ampliamente ignorada por la crítica en aquel momento y este hecho (unido a unas circunstancias que nos llevaron a abandonar Valencia para establecernos en Inglaterra) marcó el inicio del alejamiento de Ana Peters de la práctica profesional de la pintura. A lo largo de los años 70 y 80 continuó trabajando en su estudio (inicialmente en Inglaterra y luego en España, donde regresamos en 1984). Pintaba al óleo, o, más frecuentemente, trabajaba sobre papel, pero destruía la inmensa mayoría de lo que hacía. En los últimos años 80 inició una serie de pinturas al óleo de mayor formato. Era una pintura abstracta muy pictoricista, con gran riqueza de color y libertad de pincelada, en la que podía intuirse a veces una lejana inspiración paisajística. Aunque los destruyó también en su mayoría, esos óleos fueron el comienzo del camino que buscaba. De ellos nace la pintura monocroma que iba a constituir el eje principal de su obra a partir de aproximadamente 1990.

 

La primera exposición individual de esta nueva etapa se presentó en 1993 en la Galería Punto de Valencia. A partir de ese momento su trabajo se ha ido exponiendo periódicamente en la Galería Punto de Valencia, o (durante los años 1990) en la Galería El Coleccionista de Madrid. Con mayor amplitud el trabajo de Ana Peters ha podido verse también en algunas exposiciones de museo, colectivas, como la que en 2004 dedicó el MNCARS a la pintura monocroma del siglo XX, Monocromos, de Malevitch al presente, o individuales, como las que le han dedicado el Museo de la Universidad de Alicante (1997), el Museo de la Ciudad de Valencia (2000), o el IVAM (2007).

 

La obra de esta última etapa de Ana Peters tiene dos vertientes claramente diferenciables: los óleos monocromos, sobre telas de tamaño mediano o grande, y los trabajos sobre telas de pequeño formato, o más frecuentemente sobre papel. Con escasas excepciones, la técnica de ejecución de los óleos monocromos consiste en intervenir sobre la pasta pictórica, mientras está tierna, produciendo, con el pincel o con otros instrumentos y mediante gestos simples y rápidos, unos cambios de textura que, al captar la luz de modo diferente que el resto de la superficie del cuadro, producen figuras o huellas perceptivamente inestables, como las que deja la brisa en el mar o en la arena. Se trata de una pintura que exige un control muy estricto de la técnica y una gran concentración. Una variante de este tipo de obras lo constituye un (pequeñísimo) grupo de óleos revestidos con pan de oro que llevó a cabo entre 2004 y 2007. Al potenciar la captación de la luz, el pan de oro le permitía acentuar los efectos cambiantes de las huellas del pincel. Por otra parte, y en contraste con el rigor sistemático de los óleos monocromos, los trabajos sobre lienzos de pequeño formato, o más frecuentemente sobre papeles, cartones o cartulinas de diversos tipos y formatos, están hechos con gran libertad, experimentando con materiales y técnicas muy diversas, desde el collage hasta el simple trazo lineal de grafito, pasando por el óleo, el pastel, el monotipo, la aguada, el rotulador o el frottage, por no hablar de procedimientos atípicos, usados ad hoc en obra algunas obras singulares. Sin embargo, puede decirse que, a pesar del contraste que se advierte entre ellas, estas dos vertientes tan diferentes revelan un sorprendente 'aire de familia'. En ambas puede advertirse una excepcional exigencia de control técnico, una inventividad sorprendente, una misma elegancia en los medios de expresión, y una misma poética de introspección lírica, una poética que encaja paradigmáticamente en la línea que Robert Rosenblum trazó entre los paisajes del romanticismo nórdico (Friedrich era, en efecto, uno de los pintores predilectos de Ana Peters) y la abstracción monocroma de la segunda mitad del siglo XX.

 

La exposición que aquí se comenta, está concebida como un homenaje de la Galería Punto a la memoria de Ana Peters. Su contenido está dividido en dos partes. En la primera, junto a algunos ejemplos del trabajo de Estampa Popular, se ofrecen cuatro pinturas de los años 60. Se trata de obras que se vieron en su día en la exposición de 1967 Imágenes de la mujer en la sociedad de consumo de masas. La segunda parte está dedicada a la etapa que comienza en torno a 1990. En ella pueden verse seis óleos monocromos, tres de ellos recubiertos de pan de oro, y una variada muestra de obras sobre papel o cartón de distintos formatos.

 

Tomàs Llorens*

*Tomàs Llorens, historiador del arte, ha sido el marido de Ana Peters entre 1964 y 2012.

 

 

 
Imágenes de la Exposición
Ana Peters, Sin título, 2007

Entrada actualizada el el 26 may de 2016

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