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El complejo trabajo que Anna Maria Maiolino ha desarrollado a través de una gran variedad de medios: poesía, xilografía, fotografía, película, acción, escultura, instalación y, de manera permanente, el dibujo. El amplio espectro de temas, intereses y actitudes que pueblan su trabajo no siguen un desarrollo lineal obra y en el tiempo. Los diversos trabajos van tejiendo una red en la que los temas y las actitudes se entrecruzan mientras los significados deslizan de una obra a otra. Así, el tema de sus primeras xilografías y relieves de mediados de la década de 1960 (Glu Glu Glu, 1966-1967), que relacionan lenguaje y comida y aluden al tránsito intestinal, vuelve a aparecer en dos acciones de 1978, Monumento á fome (Monumento al hambre) y Estado escatológico (Estado escatológico), que ... ejemplifican el acercamiento de Maiolino a la temática del cuerpo: conectar lo que entra y lo que sale. El mismo tema volverá a aparecer en la década de 1990: primero en las esculturas que evocan la comida en una bandeja o formas escatológicas (segmentada n. º 1 (segmentada núm. 1), 1993, y Um, Nenhum, Cem Mil (Un , ninguna, cien mil), 1993), y después a las instalaciones en las que acumula formas básicas de barro que parecen acumulaciones preindustriales o formas excrementals (Mais de Mil (Más de mil), 1995, Ainda Mais Estas (Y estos también), 1996). Estas instalaciones de formas rudimentarias, iguales y diferentes, modeladas directamente por gestos primordiales y repetitivos de la mano, evocan la pulsión de la vida en las cosas cotidianas y los gestos insignificantes. Hechas con barro sin cocer, estas grandes instalaciones tienen un carácter efímero, ya que el barro, una vez seco, acaba lentamente convertido en polvo. Las esculturas e instalaciones de este período apelan más a nuestro sentido táctil que lo visual. La correspondencia de la obra de Maiolino con los excrementos está directamente relacionada con la construcción de la subjetividad. La formación del sujeto tiene que ver al mismo tiempo con el lenguaje y lo abyecto, que designa lo que ha sido expulsado del cuerpo y convertido en un elemento ajeno, de modo que lo abyecto establece los límites del cuerpo mantenidos por la regulación social y el control, pero también los límites del sujeto. Maiolino entiende la subjetividad como relacional y su trabajo negocia con dicotomías-dentro-fuera, positivo-negativo, ausencia-presencia-de modo que están abocadas a reconectar en un proceso de transformación. En sus dibujos de la década de 1970, que ella define como trabajos 'con' papel y no 'sobre' papel-Buracos (Hoyos) de la serie Buracos / Desenhos Objetos (Hoyos / Dibujos objetos), 1972-1976, o Projetos construidos (Proyectos construidos), 1972 -, a Maiolino le interesa el espacio que se ve, lo que hay detrás. Por ello, talla, rasga, rompe y después cose o superpone los diferentes papeles incorporando al trabajo el espacio posterior, en un intento de unir dicotomías y explorar la corporalidad del material. El artista utiliza el papel como espacio y cuerpo. Estos trabajos revelan una íntima negociación del espacio y sus agujeros parecen aludir al espacio interior que imaginamos en nosotros mismos (Buracos / Desenhos Objetos (Hoyos / Dibujos objetos), 1972-1976). Este mismo interés por el 'otro' espacio, por el negativo, vuelve a aparecer en algunas esculturas de la década de 1990, en las que el artista utiliza para su elaboración el molde con que se hace la escultura y que generalmente se rechaza: el negativo. Los títulos de estas series-A Sombra do Outro (La sombra del otro, 1993) Ausentes (Ausentes, 1996) - se refieren a lo que falta: mientras enseñan el espacio vacante donde está la memoria del otro , evocan una nostalgia de la matriz por aquello con lo que se forma un solo cuerpo. En el trabajo de Maiolino hay también constantes alusiones a la situación política brasileña durante los años de la dictadura. Su película In-Out (antropofagia) (Dentro-fuera (antropofagia), 1973), además de unir lenguaje y cuerpo a través de la saliva, habla de la censura y la falta de libertad de aquellos años. El tema está presente en muchas obras del artista, como en el filme - = - acción Monumento á Fomes, 1978. La más conocida de sus acciones tal vez es Entrevidas (Entre vidas), 1981. En ella, el artista camina lentamente sobre un suelo lleno de huevos que evoca el mandato biológico de la reproducción, mientras que el caminar de la artista habla del cuidado de la vida y su potencialidad. Esta acción se hizo cuando el Brasil comenzaba a abrirse a la democracia. Al poner el acento en la subjetividad relacional, en la relación entre comida y lenguaje, o uniendo lo que entra y lo que sale del cuerpo, su trabajo rechaza el paradigma fálico de agresión o identificación, asimilación o ataque, que conforma socialmente la exclusión de todo lo que se considera diferente. En el trabajo de Maiolino encontramos muchos temas que se entrecruzan a través de los diferentes motivos que emplea, como el gesto cotidiano, la pulsión de vida, la comida, lo abyecto, la fusión con el otro, el cuerpo social, la topología afectiva, el cuerpo como lugar de reinvención de la existencia, la diferencia y la repetición, la construcción de la subjetividad, la antropofagia, la subjetividad relacional, etcétera. Visto en conjunto, su trabajo se desarrolla como una estructura rizomática, en la que los eslabones semióticas cargadas de actos lingüísticos, perceptivos, sociales, gestuales y cognitivos van estableciendo conexiones trasversales entre sí. Y lo que aparece es un mundo en proceso descrito por una voz femenina. Todo ello, así como el rigor y la precisión de su trabajo, han convertido la obra de Anna Maria Maiolino en un referente para varias generaciones posteriores de artistas.