En 1990 se celebró en este museo una exhibición individual de su obra gráfica. Las estampas impresas por nuestro artista han tenido una importancia en el desarrollo de su obra y carrera, recordemos entre otras la publicación “Neruda y la alegría del mundo” en 1983. “Libraco con Grabado” de 1986, “País en Mezzotinta” de 1996, “Libraco porno” del 2004 o la publicación con poemas de Tarek William Sbad del 2006. En las distintas etapas de su carrera ha realizado e impreso estampas en distintas técnicas la cual mereció una exposición antológica presentada en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá en el 2015. Antonio Samudio es uno de los artistas gráficos más significativos y perseverantes en al arte colombiano. Algo similar podríamos decir de su obra como pintor de la cual en esta ocasión vamos a mostrar una selección representativa de su peculiar propuesta...figurativa.
La noefiguración y el expresionismo figurativo ocuparon gran parte de la atención del Arte Colombiano en la década del sesenta, decenio en el cual Samudio inicia su carrera. El artista nació en Bogotá en 1934 y comenzó a exponer colectivamente desde 1961, después de estudiar pintura en Buenos Aires y en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional en Bogotá. Su primera exhibición individual fue en 1967. Desde ese tiempo hasta hoy ha podido ejercer su profesión de una manera ininterrumpida incorporándose al Arte nacional como uno de sus protagonistas.
La figuración en distintas direcciones era ejercida en el país por artistas como Fernando Botero, Enrique Grau, de la generación anterior y sus contemporáneos Pedro Alcántara, Norman Mejía, Leonel Góngora, Luis Caballero, Carlos Granada, Augusto Rendón, Antonio Roda, Alfonso Quijano Acero, Beatriz González, son algunos de los que apostaron por la representación humana para transgredir, alegorizar, dramatizar y hacer distintos comentarios sobre los afanes y desvelos por existir. Muchos con una mirada crítica y política y otros concentrados en la desconstrucción de la representación como un motivo para generar significados.
Esta exhibición ofrece un recorrido por los intereses del artista que ha estado concentrado en acuñar una representación de figuras masculinas y femeninas expectantes. Un reiterado juego formal y cromático donde los personajes quietos parecen protagonistas del mejor teatro del absurdo. Las miradas y la actitud los convierte en seres inanimados que lucen como ausentes. Su estética se debate entre lo aparentemente primitivo, lo ingenuo y en no menor medida lo perverso. Todo ello coexiste en una peculiar atmósfera donde parece estar presente la ironía.
El arte de Antonio Samudio ha permanecido fiel a sí mismo. Los íconos silenciosos lo han acompañado y han atravesado incólumes distintos movimientos que no han podido permearlo desafiando así modas y actualizaciones. La historia premia esa obsesión permanente que ha podido sobreponerse por más de medio siglo de trayectoria ininterrumpida.
La inmovilidad parece apoderarse de los protagonistas que ofrece Samudio. También una alta dosis de incomunicación en personajes que están condenados a su propio conformismo dejando pasar la vida en forma pasiva. Los ojos con una ansiedad retenida, los labios clausurados, las actitudes generalmente indolentes. Están desprovistas de todo triunfalismo y heroicidad, su mundo es más bien quieto y gravitan en el tiempo detenido. El cromatismo es contenido no solo por la pincelada cuidada y minuciosa sino por los tonos profundos pero también opacos. Esto lo podemos verificar a través de estas treinta obras de distintos momentos que desde 1973 estamos ofreciendo, aunque la exposición incluye obras de final del siglo XX y del nuevo milenio. Antonio Samudio continúa trabajando en su taller de Bogotá siempre reinventando imágenes para ofrecer su particular visión del mundo.
MIGUEL GONZÁLEZ
Profesor, curador y crítico de arte.
Miembro de AICA.
Curador Museo Rayo
Entrada actualizada el el 19 mar de 2017
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