Volver legible el pasado a través de rastros materiales como los que se conservan en acervos personales es eslabón fundamental en la formación del saber. Mostrar un archivo reconstruye o incluso desestabiliza historias que ya han sido contadas. El Museo de Arte Moderno asume esta prioridad al mostrar al público el archivo personal de María Izquierdo (1920-1955), adquirido por el INBA en 2005 y continúa tal labor de rescate con esta exposición.

Esta primera exploración del archivo inédito de Izquierdo planteó ciertas preguntas: ¿Qué autoridad contiene el material sobre la comprensión del sujeto del cual habla? ¿En qué medida el documento basta para representar las historias que encierra? Para aportar respuestas la exposición teje asociaciones entre fotografías, cartas, telegramas, documentos originales y hemerografía en torno al trabajo de María Izquierdo, así como con circunstancias de su intimidad familiar.

Poner a dialogar pinturas de ... la artista, tanto como de otros autores que ella reseñó en su afán de crítica y promotora, con obras, imágenes y documentos, generan en conjunto un dispositivo mnemónico.

Un archivo personal no constituye el todo sobre un tema, sino un fragmento. Su formación obedece a un sistema y un orden de acumulación individual, a la formación y el resguardo de un índice sobre la vida propia. A través de este resquicio de la historia moderna habla la voz de María Izquierdo. El público es testigo aquí de su lucha por la difusión del arte mexicano, su opinión sobre los cambios dentro de la sociedad a favor de las mujeres, la relación que mantenía con el propio medio del arte y la cultura a través de confesiones en cartas, conferencias, documentos, prensa, etc., y también su utopía de una hermandad plástica entre México y otras naciones latinoamericanas.