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A quien corresponda:

Cuando las vanguardias sesentistas europeas y estadounidenses ofrecieron su banquete internacional espléndido y heterogéneo, los jóvenes cachorros y potenciales artistas de mi generación, hambrientos de nuevos significados y seducidos por la oferta, tratamos ingenuamente de robar lo que pudimos al tiempo que nos formábamos. Aconsejados por nuestros maestros, migramos hacia más atrás del horizonte en busca de lo que no teníamos y tampoco íbamos a encontrar. Excepcionalmente unos pocos gauderios empecinados siguieron transpirando la camiseta aquí, escarbando en el lugar... rastreando sus representaciones sin dejarse pensar por otros, lo que estimo muy meritorio. Sin advertirlo ni desearlo, gota a gota, iniciábamos la diáspora cultural que posteriormente se haría política.

Luego del tsunami dictatorial ya nada ni nadie sería lo mismo. La realidad se tensó y ... esa tensión quebró la monotonía de nuestra siesta simbólica; y desde esa tensión algunos comenzamos a volver al 'pago' y captar lo destruido por dentro y por fuera. Medio veterano y un poco mal herido, me resultó imposible evitar el recodo de lo perdido, sentimiento-concepto que me arrastró a reformular todo lo que traía en la mochila. La opípara fiesta estética de las vanguardias 'lontanas' había terminado y entonces, también se terminó mi turismo conceptual.

Con el retorno al país comienzan a fijarse las representaciones y sobreentendidos que trabajo como simple cronista visual..., imágenes pauperizadas, frágiles, perecederas, quizás también algo canallas por sentimentales, que elípticamente reflejan esa mancha histórica que heredamos como sociedad civil. Las formas fueron desapareciendo dentro de su vacío, a tal punto que a veces, ese vacío es su única forma posible. Donde antes había un grafismo, ahora hay un tajo. Lo perdido intenta recuperarse sabiendo de antemano que la recuperación es imposible y lo que queda de ese drenaje son superficies desleídas que se eliminan a sí mismas, o se van deshaciendo visualmente entre la nada y alguna cosa..., entre lo que aún es y está por dejar de ser.

Ernesto Vila