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Empecé a interesarme por la práctica artística hacia 1979, a partir de la poesía visual y fonética. En 1981 la exposición de múltiples y vídeos de Beuys en la galería Ehrhardt supuso un estímulo para lo que estaba buscando; entre las obras me interesó particularmente la acción Kartoffelernte, en la que en octubre de 1977 Beuys se dedicaba a cosechar las patatas que meses antes (la acción Kartoffelpflanzung) había sembrado en el jardín de René Block: cómo un acto cotidiano podía reivindicarse como hecho artístico. La modestia de un acto tan primigenio como procurarse el alimento mostrado en tal contexto suponía, más allá de dotarlo de cualidades estéticas, una puesta en cuestión de lo que se supone que son un acto creativo y una obra de arte, así como su papel en la propia vida de quien practica tales menesteres; para ... mí esa pieza poesía una cierta conexión con El Ángelus de Millet, ambas con un a fuerte carga de carácter social y, en el caso de estos trabajos de Beuys, un planteamiento reivindicativo de índole estético y político. Posteriormente tuve diversas ocasiones de visitar en Berlín el lugar de esas acciones y conocer de cerca más trabajos de Beuys relacionados con el cultivo y la producción de alimentos, e incluso conversar con Lucrecia de Domizio al organizar el 2002 la exposición Comer o no Comer (en la que Darío Corbeira había incluido varias de la obras beuysianas relacionadas directamente con la comida) incluyendo una conferencia sobre los trabajos que hizo Beuys con ella. Precisamente en la misma galería Edurne se presentó una exposición de obras de Beuys en 1989.

En 1986, durante un happening del ciclo Vostell. Arte enseña Vida, en el Instituto Alemán Wolf Vostell dio a comer lechugas con raíz a los participantes, comentándonos cómo las verduras guardaban así mejor sus cualidades alimenticias.

También en Comer o no Comer me ocupé de organizar la instalación Todo lo que tiene valor, de Ron Benner, con plantas comestibles del continente americano que vinieron a Europa y otras que  cayeron en el olvido. Ron ha venido trabajando en esa y otras instalaciones sobre la pérdida del acerbo etnobotánico y la apropiación estratégica de plantas útiles por multinacionales y organismos gubernamentales de las grandes potencias.

Viviendo en Alemania admiré en el 2000 la obra de Hans Haacke Der Bevölkerung, para el Parlamento Federal de la Alemania reunificada, tanto por la obra en sí misma, su profundo sentido de relación con la tierra, el significado de la representación democrática y el compromiso ético irreductible del autor con su obra y con la sociedad.

Mirando hacia atrás, pienso que todos esos hitos han contribuido de un modo u otro a mi trabajo con las plantas, la naturaleza, los bosques y el paisaje en diversos países.

Uno de los temas sobre los que gravita este proyecto expositivo, y buena parte de mi trabajo de las dos últimas décadas es la Biodiversidad, concepto acuñado por el ecólogo Edward Wilson al igual que el de Biofilia, la pulsión empática que los seres humanos tenemos con la vida y los seres vivos. Decía Vostell: ?Arte es Vida y Vida es Arte?, o mi profesor en Düsseldorf, Günther Uecker: ?el arte no puede salvar al ser humano, pero con los medios del Arte se hace posible un diálogo que llama a una acción preservadora del ser humano?. El proyecto que presento en el Espacio Azara se desarrolla en tres ejes confluyentes:

- Un invernadero y huerto con variedades hortícolas tradicionales de la sierra madrileña junto con otras preservadas por pueblos indígenas, mantenidas o recuperadas por colectivos ciudadanos, redes y bancos de semillas.

- Una colección formada por frutales de variedades tradicionales (en su mayor parte ya minoritarias y en trance de desaparición junto con diversos patrones de injerto) y por árboles y plantas autóctonas, incluyendo en peligro de extinción y protegidas que empleo para reforestar desde hace una década la zona quemada del monte Abantos en campañas con la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, Correcaminos y Entorno Escorial.

- Una instalación relacionada con los incendios forestales ocurridos en Robledo de Chavela.

El proyecto se enmarca en el contexto del espacio dedicado a Félix de Azara (el gran naturalista aragonés de finales del XVIII que contribuyó al conocimiento de las especies americanas y ha sentar las bases de la moderna taxonomía), por medio de una intervención que integra el proyecto en el Espacio Azara de la Galería Edurne.

Francisco Felipe Figueroa

El Escorial, junio 2012

ESPACIO AZARA

¿Porqué el ESPACIO AZARA ?

Una sola razón, que explicamos públicamente, es la que nos ha llevado a la dirección de la Galería Edurne el dedicar este espacio verde a la memoria y recuerdo de un apellido de la rama familiar de Antonio Navascués,  su descendencia por parte de madre, y en línea directa de Félix de Azara (1742 ? 1821), el ilustre militar, ingeniero, explorador, cartógrafo, antropólogo, humanista y naturalista español que misión real en mano llegó al Paraguay para marcar los límites de esta región y la vecina Argentina junto a una comisión portuguesa que retraso su llegada, lo que le permitió que mientras trabaja en su misión y aprovechando sus viajes y contactos con las tierras y gentes de las regiones que visita una y otra vez, dedica una gran parte de su tiempo a escribir y redactar sus viajes, y conocedor y estudioso de botánica a conocer, clasificar y coleccionar de primera mano variedades de plantas y cuadrúpedos, a los que nomina y describe con precisión, llegando su peculiar notabilidad hasta hoy día como ?el Darwin español?.

A mayor abundancia de su personalidad y en reconocimiento a sus múltiples trabajos y estudios sobre Argentina, este país le dedicó el nombre de una ciudad, la ciudad Azara, al noroeste, en la Provincia de Misiones.

También tiene dedicada en la Luna una dorsal, la Dorsum Azara, de unos 105 km. de longitud, en 26° 42' N y 19° 12' O.

 Y como colofón de esta brevísima biografía, su amigo y paisano el pintor Francisco de Goya, lo retrato en un magnífico lienzo que figura hoy día en un palacio renacentista de la ciudad de Zaragoza. 

                                      Antonio de Navascués

Hoy se está cumpliendo un  deseo larvado durante años dentro de mí. Supongo que por haber nacido en Hondarribia tengo un gran amor por la naturaleza  y a pesar de haber vivido mas de 40 años en  en una ciudad Madrid, lo primero que hice al llegar fue ir al Retiro, y el otoño en el gran parque me fascinó. Aprendí poco a poco en las excursiones con Antonio a valorar los nuevos colores de la tierra y sus matices y  a entender la belleza de mi nuevo hábitat. Un elemento colosal  fue descubrir  el granito las enormes moles construyendo montañas y sus fascinantes formas escultóricas   tantas veces en equilibrio inestable. Esta casa que inauguramos hoy  su hermoso jardín está encastrada en el granito, y el espacio exterior se ha convertido en una gran sala de exposiciones, donde  podemos contemplar y valorar la naturaleza a través de la mirada de un artista. Hemos confiado a  Francisco Felipe esta tarea por su capacidad de conocimiento científico y  su sensibilidad de músico y performer, y sobre todo por  el entusiasmo que pone en todo lo que hace. Nunca como ahora la pasión es un activo fundamental para transformar el día a día de esta vida que algunos se empeñan en convencernos  de que la economía es la jerarquía superior a la que todos debemos someternos. Personalmente prefiero la frase de Beuys 'Kunst egal Kapital'  y esta militancia nuestra en el Arte de tantos años  es la razón por la que hemos llegado hasta aquí. Os agradezco vuestra presencia porque solos no podemos  pero si nos unimos en un ideal común podremos transformar este modelo de vida hostil en otra cosa mucho más interesante que es vivir conscientes de nuestras capacidades y aprendiendo juntos contribuir al bien común.  Arte y Naturaleza nuestros maestros que cada día nos hacen descubrir la maravilla de la vida y su misterio. Esta es en la razón  por la que os convocamos al espacio Azara, el pariente ilustrado de Antonio que  a través de sus descubrimientos aportó nuevos datos a la Biodiversidad  y supo valorar a los artistas de su tiempo.

                                 Margarita de Lucas