Sumar cosas, sacar resultados, agregar, quitar... toda operación cuyo resultado exceda la realidad es considerada ARTE. Las obras de Eugenia Puccio y Mariano Cuestas operan sobre esta lógica: cruzar, señalar lo incierto, nombrar lo simbólico, obtener lo bello, multiplicar lo misterioso del símbolo.

En el mar inmenso y profundo reinaba la calma pero las últimas olas inesperadamente desataron el tsunami hambriento y devastador, a su paso solo queda el desorden. Tejidos de redes multicolores, sombrillas, fotografías, libros y muñecas revueltos apilados en un gran galpón casi abandonado, alegoría al mundo privado que Eugenia sueña en su interior atravesado por imágenes reales e inventadas. 'Un sueño que todavía no pude soñar... y lo espero ', me dijo y me pareció muy poético. Sus obras ya no le pertenecen se expanden en todos los que soñamos con profundos mares de colores.

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Color, gesto y composición son los elementos que Mariano utiliza para movilizar nuestra percepción. En su obra convive la impronta salvaje del gesto lineal y la exquisitez pictórica en dramático equilibrio. Bellos planos de colores saturados con líneas anchas groseras y finas serpenteantes. La acción de dibujar y pintar tiene una razón de ser: canalizar la energía creativa, manifestando lo genuino y verdadero del arte, dejando la marca del hombre productor conscientes de existir en el mundo.

 

 

 

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