El proceso creativo que origina esta exposición consiste en articular un proyecto pictórico en torno a la idea de Interior/Exterior como resultado de una investigación sobre la construcción de la mirada en la pintura flamenca del siglo XV. Entrar y salir al cuadro. El interior entendido como análisis y construcción pictórica y el exterior, el paisaje, como escenario de una narrativa personal.
Entrar en el cuadro significa hacer del punto de observación, el objeto de reflexión. A través de las medidas del espacio interior habitado, pintar/pensar ese mundo que lo constituye y que se define como marco de representación dentro del cuadro. Estamos en el mundo de los objetos y hablamos del acto de mirar como una destilación de capas de significado. Todo lo que aquí se representa tiene sentido en sí mismo y respecto al resto del cuadro. La pintura va dejando atrás la alegoría para convertirse en una afirmación...de lo visible.
Salimos al exterior. El paisaje se convierte en el escenario de un universo psicológico complejo en el cual los últimos estertores de un mundo alegórico se retuerce, se contrae y se expande dando lugar a todo un imaginario del inconsciente; en parte moral y arquetípico, en parte caprichoso y exuberante, del cual el paisaje es escenario, huésped y protagonista. El paisaje nace como un lugar propio del individuo. En él se da lo cotidiano, pero también se materializan los aspectos más oscuros y complejos de la conciencia. Cuando nos encontramos en el interior de la habitación observando el paisaje a través de una ventana, nos llega una idea de la naturaleza ideal que no remite a ningún universo psicológico sino a sí misma. Sin embargo, cuando nos encontramos dentro del paisaje como observadores, nos encontramos con una naturaleza real y peligrosa. En ella asistimos a la representación de nuestro propio interior.
Entrada actualizada el el 12 ene de 2015
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
