La trayectoria de Neus Colet comienza en 1988, mostrando desde el primer momento una clara inclinación por la escultura, primero con la construcción de pequeños artefactos de hierro o madera, artefactos ligeros y dibujados en el aire y con piezas mecánicas disfuncionales, que más adelante se fueron depurando. Su sentido de búsqueda de construir, edificar y dar forma no podía hallar un terreno mejor abonado a su vocación experimental que el de las técnicas del grabado, en que ella intenta jugar desde el aguafuerte con todas las posibilidades técnicas que el medio le ofrece. La inseparable concepción escultórica de sus grabados la ha llevado a crear unas construcciones mixtas que, por un lado toman el grabado en papel como base y el hierro o metal como contenedor. Son puertas y ventanas que hacen entrar en el juego de construcción al mismo marco y el plexiglás de protección, porque así también...se valora escultóricamente un material que interviene inicialmente con otra función. La incorporación de la imagen del paisaje como un elemento más compositivo permite una narración más poética, desnuda de tota anécdota, que, a pesar de su transparencia y claridad nos habla, sin tormento, de un mundo de naturaleza inaccesible. En la exposición “FIBRES” podemos ver aquello que siempre ha distinguido el trabajo de Neus Colet: una gran voluntad de búsqueda en el punto en donde confluyen los materiales y su comportamiento, es decir el espacio y el objeto. Transfiere a les sus obras un magnetismo y una sensibilidad especial; nos atrae su apariencia austera envuelta de una poética reflexiva llena de sentimientos, provocándonos inquietudes, siempre desde la más absoluta autenticidad. Su obsesión como escultora la ha llevado a dar tridimensionalidad al papel que ella misma elabora. Des de los pequeños libros, donde incorpora y enlaza el concepto del cierre y la reja con el del texto impreso, ha pasado a estructuras más gruesas y pesadas en las que el papel se convierte en contenido y protagonista de este nuevo discurso de entramados que acaba convirtiéndose en tejido y soporte a la vez. Para Colet el proceso es en sí mismo un camino y un fin. Así, utiliza herramientas y procesos de elaboración que intervienen en la fabricación de estos papeles para dar otra dimensión a la hora de exponer estos trabajos. “...Retroceder al principio antes de fabricar la materia con la que trabajo, me resulta fascinante porque es como si fuera posible partir de la nada. Soy consciente que esto no es así, que siempre se parte de alguna cosa y que precisamente es este el referente que da sentido a nuestro trabajo como artistas plásticos. Tocar la materia, tocar el agua, ir sobreponiendo capas, poco a poco, lenta y ordenadamente con ritmo preciso y constante, dejándome ir…, todo ello forma parte de la obra que se refleja en el resultado final. En el proceso de la fabricación de estos papeles también hay el momento mágico, como sucede con el grabado, en el momento de sacar la hoja de la prensa y descubrir el resultado de todo el proceso. Me interesa mucho el volumen de estos papeles: las texturas, los elementos incorporados, los agujeros, pura fibra… para mi, una hoja de papel, como un grabado, tiene tres dimensiones…”
