En el credo de la Roma Clásica, el genius loci (espíritu protector del lugar) impera sobre el espacio, permeando su esencia en el recorrido del navegante. Captado por el sensorial del individuo y colectivo que lo vive - revelándose celoso a quien está preparado a observar. Esta muestra busca explorar los límites del formato expositivo tradicional, transformando la situación del contenedor de arte como trasfondo neutro, pasivo, estéril... Reconociéndolo entonces como interlocutor enérgico y co-protagónico en esta conversación entre artista, obra y espacio. El diálogo entre la obra de Álvarez, Castro Leñero, González, Viskin y el telón arquitectónico que lo contiene (proyecto de Ignacio Díaz Morales en los 50's) se celebra entre insinuaciones, mímesis, referencias y contrastes, al tiempo que comienza a develar el carácter del espacio y de sus espíritus.