‘’ La incoherencia del discurso depende del que lo escucha. La mente me parece hecha de tal manera que no puede ser incoherente por si misma’’ (Paul Valery).
Lo que se presenta en esta exposición no es una serie, sino más bien un encuentro de humores pictóricos salidos del estudio de la artista. Las pinturas parten de reminiscencias, una mezcla entre las sabanas de la abuela deslavadas por el sol con imágenes de visiones medievales. Telas del siglo XII, en las cuales flota una sensación de receso en el tiempo, como si la velocidad abstracta de la sociedad actual se mezclara con los tiempos de la esclavitud: un desmembramiento que disciernan los colores de piel de nuestra época, y los contraponen.
La pintura es como un viejo hablando de contemporaneidad.
En las de esta exposición los humores circulan formalmente en todas partes. Las figuras casi no parecen formar parte de nuestro mundo tangible....A los pintores les convencen más las imágenes mentales. Todo empieza con lo crudo de la tela, para llegar al brillo del temple, hasta el barniz, pasando de la sequía de una estación a la otra, permanentemente húmeda. Si pudiéramos ver a dentro del cuerpo, si nuestra piel fuera transparente, quizá pudiéramos alcanzar a ver distintos tipos de paisajes brillantes, mojados. El adentro es húmedo. La piel siempre se secará. Esta exposición es de pinturas individuales, bailando juntas.
Entrada actualizada el el 07 sep de 2017
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