La práctica de Javier M. Rodríguez se centra en la traducción de la imagen en movimiento. Sus videoinstalaciones, así como sus esculturas o sus collages se basan en una investigación sobre la narrativa cinematográfica y las posibilidades de que ésta exista fuera de la pantalla. Para INT. VITRINA – DÍA, Rodríguez conjunta una serie de obras que se relacionan temáticamente por el uso de sus recursos formales, el tiempo del cine es materializado en papel, telas o metales y desfragmentado a la vez por medio de recortes, pliegues o la degradación material. El tiempo sólo puede ser entendido por una progresión entre tres estados: pasado-presente-futuro y, de la misma forma, para que cualquier narrativa suceda por lo menos tiene que darse una sucesión entre tres actos. A través de un proceso de reducción, este ejercicio hace visible una estructura abstracta y tripartita que siempre es una constante en cualquier relato....En esta línea conceptual, A fold, a cut S2 (2018) es una escena de cine proyectada sobre una tela colgada a muro que contiene dos pliegues, dividiéndolo en tres partes. Así, el tiempo de la escena es reorganizado por la superficie que la contiene: el pliegue es un corte temporal y a la vez permite una simultaneidad de tres actos.
Entrada actualizada el el 28 ago de 2018
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