"Intersección" es una metáfora de lo que somos como seres humanos. Cada uno de nosotros es una intersección en el sentido más palpable, ya que todos somos uno y que no hay pureza de raza ni de cultura. Mi experiencia de intersección cultural y biológica ha sida un vaivén vital entre lo de los demás (o de los otros) y lo mío. Desde que tengo memoria, he vivido en la intersección de dos o más mundos, atravesando umbrales culturales y dialécticos. Crecí hablando quechua con los pocos hablantes que aún quedan en Colombia, por razones de origen y de resistencia, y hablando el español por razones de supervivencia y adaptación. La palabra, como la pintura, tiene su poder. En estas pinturas, quiero compartir mi experience de intersección humanizando el acto de pintar, que he concebido como una inmersión ensimismada o intento de comprenderme a mi mismo. Lo he hecho con...el ánimo de activar el deseo de pintar, congénito en todos, que en el niño se manifiesta muy claro. Esa inocencia infantil, que pinta, dota a todo de sensualidad, incluyendo a la deshumanización galopante de hoy. En el estado más íntimo, el acto de pintar es un acto de amor.
Esta exposición es una intersección más. Y me ha enfrentado a preguntas esenciales como quién soy yo y cómo la idea de identidad, para nadie, está en el pasado.
Entrada actualizada el el 14 feb de 2018
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