Fernando Estallo ha seleccionado para su presentación en Zaragoza una serie de obras sobre papel fruto de su quehacer más reciente, que suponen un paso más en su reflexión sobre la esencia del “ser”. La exploración en los campos de lo textural y de lo “matérico” juegan un mayor papel significante en estas últimas obras del creador barbastrense, que, a tenor de una progresión lógica en la evolución de su lenguaje, tienden a rebasar el terreno estricto de lo pictórico, para destacar el protagonismo del volumen y de la carga “denotativa” y lírica derivada de la integración de ciertos elementos extraídos de la realidad (restos de cartelería urbana, retazos de impresiones diversas, fragmentos de signos e iconos, etc.)
Los espacios pictóricos de Estallo recomponen una nueva realidad pictórica profundamente sincera, capaz de integrar activamente elementos contradictorios -y a veces contrapuestos- que aspiran alcanzar una expresión eminentemente lírica del mundo y de...la existencia, concretándose como un fiel reflejo de las inquietudes más íntimas del artista a través de lo pictórico.
“Lo que dejan los días” propone un juego dialéctico donde los efectos inesperados y misteriosos del más puro y mágico azar -que dimanan de la acción gestual- se combinan con ciertos residuos provenientes de la cotidianeidad –que bien podrían definirse como los “restos del naufragio”-, así como algunos guiños muy sutiles de raigambre literaria. En este juego las operaciones “acumulativas” no obstaculizan la erosión y descomposición de la materia, reivindicando una dimensión eminentemente lírica de la transitoriedad de la existencia y conjurando las carencias del “vacío existencial”. Lirismo que fortalecen las gamas de color elegidas y sus combinaciones que aportan una carga de sugerencias sentimentales y sensitivas de carácter fuertemente emocional.
Como siempre, en el caso de Estallo, el resultado de su acción es una obra de desgarradora sinceridad, capaz de dar voz al “interior” con sus anhelos, conflictos, aspiraciones y contradicciones. Una obra presidida por la idea transversal de la lucha entre la materia y el tiempo, y del “ser” sufriente en un universo en perpetuo cambio y transformación.
Juan Ignacio Bernués Sanz
Doctor Europeo en Historia del Arte
Entrada actualizada el el 13 sep de 2017
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