Presentación de la exposición en el Centro Cultural Joan Miró de Móstoles (Madrid).
Jack Perdikidis. Cultural manager.
Pere Planells nació en 1950 entre calles encaladas de luz en una Ibiza primitiva y alejada de rutas demasiado transitadas. Solo artistas, arquitectos y pensadores de espíritu inquieto, a la búsqueda de paraísos y añoranzas, se atrevieron a pisar la isla; fueron muchos los que quedaron presos de su sencilla belleza. Fue entonces cuando se sembraron las bases de la gran eclosión artístico-cultural que sacudió los cimientos de la isla y sobretodo, de sus costumbres. Coincidió la adolescencia de Pere Planells con la época en que la isla se situó a la vanguardia del arte, como un oasis, en plena época franquista. Su sensibilidad y este vital contexto creativo puede que fueran los responsables de su temprana vocación artística, posteriormente cultivada en la entonces Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona. Estudio arte...y cinematografía. Fue ayudante de Conrad Maca-Relli miembro del movimiento abstracto de NY afincado en Ibiza, para el que realizó series de múltiples. La actividad expositiva en aquella época fue intensa tanto individual como colectivamente. Fue codirector ejecutivo del Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza hasta que en Madrid, por oposición, ganó la Cátedra de Dibujo del Instituto Andrés Bello de Tenerife. A lo largo de su vida laboral fue compaginando el arte y la docencia.
Pere Planells tiene una obra tensada entre los dos extremos de un arco, uno informalista y gestual mientras que el otro, como profesor de geometría técnica, se mueve en un campo artístico más racionalista. No es de entrañar que su tesis doctoral estuviese dedicada a la tradición racionalista en el arte europeo y a la geometría como esqueleto característico del arte occidental: Aportaciones teóricas y prácticas sobre la polivalencia, el desarrollo y la ubicación modular.
La obra que nos presenta en esta exposición es una colección madura, a la cual Pere Planells titula “Metafísica de los espacios íntimos” y en la que medita sobre aquellos espacios esenciales y vitales donde la perspectiva deja de ser visual para convertirse en táctil y preñada de tiempos personales. En esta colección nos redefine las fronteras entre lo íntimo y lo público, entre el yo y el tú. Y lo hace con formulaciones y gestos sencillos y dinámicos, con unas composiciones atrevidas en las cuales no faltan vacíos de no-pintura y no-cuadro que claman una reconstrucción de los comportamientos perceptivos y estéticos del espectador. Las obras, sobre papel y cartón, liviana materia de papel de blanca cal que hunde sus raíces ancestrales en las rocas de aquellas calles que una vez fueron esculturas de sus sueños. Sus obras tienen velos, sutiles fulares, con los que el autor persigue y consigue - a mi entender – ofrecernos, una obra viva en soporte y ensimismada en exclamación. Tiempo de meditación, tiempo reclamado a las miradas anónimas, o no, de quien se deja llevar de sus adentros a otros adentros. Esta es una obra que deviene portalón de entrada a paisajes tectónicos de coladas sobrias, realizados desde una serena meditación que viaja sobre tiempos y sensibilidades tantas veces desatendidas.
Entrada actualizada el el 31 oct de 2017
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