Obras sensitivas, donde no cuesta meterse como espectador o incluso como habitante de un espacio perfectamente construido a golpe de color y texturas. Extraer la esencia de las ciudades. Retratarlas de forma cosmopolita, llenas de mensajes y espacios cambiantes. Construir y deconstruir el paisaje urbano. Combinar lo fugaz con lo permanente. Lo translúcido con lo opaco. Capturar la herencia del presente con elementos casi cinematográficos. Las luces y las sombras son como dos actores más dentro del cuadro, que proporcionan la atmosfera necesaria a este nuevo plató. La esencia se filtra a través de los materiales. El collage se convierte en información subliminal. El espectador queda invitado a confundirse con los personajes que habitan la Metrópolis y a perderse en las calles de estas ciudades, tan lejanas y cercanas como nuestros propios sueños.