N2 Galería presenta la exposición colectiva Mujer: Creadora y Motivo que reúne obras del artista chino Liu Guangyun, la barcelonesa Marta Lafuente y la vizcaína Leticia Gaspar.
En las obras de Guangyun, pertenecientes a la serie Surfaces, los rostros hermosos pero artificiales de varias mujeres están atrapados en resina semitransparente. Guangyun habla de la manipulación cosmética, quirúrgica y digital que crea una norma de belleza artificial. Realiza una crítica a las normas estéticas contemporáneas y a la sociedad de consumo, en particular a la presión a la que se somete a la mujer para cumplir con unos cánones impuestos.
Por su parte, en la obra de Marta Lafuente, como señala Véronique Dupas: la figura humana sobresale en medio de paisajes teñidos de melancolía. Su temática se inclina a menudo hacia a escenas cotidianas, paisajes que nos son familiares y que forman parte de la vida de la artista.
En la obra de Leticia...Gaspar cobran protagonismo elementos del paisaje urbano y los efectos de la luz artificial. Como ha escrito sobre su obra Gabino Busto Hevia: Edificios, construcciones, tenderetes, casetas, establecimientos e interiores aparecen pautados por distintos focos lumínicos, logrando ámbitos misteriosos, tétricos, investidos de un profundo extrañamiento, cercanos, en ocasiones, a lo onírico.
Los tres trabajan la figuración no realista en una técnica mixta sumamente matérica para atrapar las figuras, rostros o espacios en un tiempo congelado.
Liu Guangyun es uno de los artistas chinos más reconocidos de la actualidad. Entre los hitos de su carrera profesional cabe destacar el haber sido artista invitado para la inauguración del Zendai Museum of Modern Art (MoMA) de Shangai y haber sido encargado del vídeo oficial de la presentación de los Juegos Olímpicos del 2008.
En su obra utiliza rostros femeninos provenientes de la publicidad y del mundo de la moda para reflexionar sobre cómo se convierte en un material de consumo para la sociedad. La mujer es vista y se utiliza como si fuera un material y pierde así su identidad natural.
Manipulación cosmética, digital y quirúrgica todas tienen como objetivo crear una norma común de belleza (artificial). El límite entre la verdad y la artificialidad es borroso o incluso inexistente en algunos casos, debido al poder de los medios de comunicación.
Esos rostros que se ven a menudo en los anuncios y medios sorprenden a las personas por su atractivo visual. Sin embargo, sellando esos rostros hermosos pero artificiales en resina semitransparente, las caras se ven como especímenes sumergidos en formol. Su trabajo refleja no sólo la destrucción del sistema moral tradicional, sino también un cambio fundamental en el sistema de valores sociales, debido a la gran influencia de la omnipresente comercialización.
Las obras que nos presenta Leticia Gaspar para esta exposición forman parte de la serie Heteroceros. Como ella misma explica: Los Heteroceros, comúnmente conocidos como mariposas nocturnas o polillas, son una clase de insectos que tienen tendencia a arremolinarse alrededor de las bombillas eléctricas. Yo, como los lucífilos, insectos y plantas que buscan la luz, me siento fuertemente atraída por este fenómeno. El proyecto que presento se desarrolla alrededor de la luz artificial y el entorno urbano. A lo largo de los años he ido recopilando fotografías personales tomadas en diferentes lugares, algunos próximos otros lejanos, que son el referente de partida para este trabajo. Los diferentes modos en que se aplica la materia, los rastros que perduran, las superposiciones que se van acumulando, crean la riqueza del lenguaje plástico que podemos denominar “materia sensible”. En este campo incluimos también la composición, el uso del color y de la luz. Otro aspecto muy presente en la obra es la noción de límite, enfocada hacia la relación entre el adentro y el afuera. Por ejemplo, podemos observar una puerta abierta, superficies transparentes que permiten ver interiores o vacíos iluminados que sugieren la presencia de espacios que no se nos muestran.
En la obra de Marta Lafuente, a medio camino entre la abstracción y la figuración, la figura humana sobresale en medio de paisajes teñidos de melancolía. Su temática se inclina a menudo hacia a escenas cotidianas, paisajes que nos son familiares y que forman parte de la vida de la artista.
Los personajes se funden en los paisajes hasta el punto de convertirse en prisioneros absorbidos por la materia que los retiene. Los retratos, a menudo protagonizados por niños, son enigmáticos e inquietantes, compuestos de varias capas superpuestas en transparencia. Los personajes, entonces, se desdoblan y dejan entrever su personalidad, revelándose poco a poco ante nuestros ojos. A veces, al mirar fijamente al espectador, interpelándolo, parecen incluso fantasmagóricos. La presencia de un rostro adquiere una realidad sobrecogedora a medida que el cuerpo se desvanece hasta alcanzar la abstracción. En las escenas urbanas, a veces solitarias, lo que nos sorprende es la omisión de la presencia humana. Reina en ellas un silencio absoluto, en el que el cielo adquiere una dimensión amplificada por la visión del artista.
En la pintura, dominada por colores fríos, se manifiesta una materia, un relieve y, al mismo tiempo, una transparencia que hace visibles los gestos de la artista. Las obras de Marta Lafuente poseen una atmósfera particular, en la que el tiempo parece haberse detenido, dejándonos el espacio de un momento, un tiempo para la contemplación.
Véronique Dupas
Historiadora del Arte y Responsable de Actividades Públicas de la Fundació Joan Miró
Imágenes de la Exposición
LETICIA GASPAR, ST, 2016. Acrílico sobre tela. 64 x 54 cm – Cortesía de N2 Galería
Entrada actualizada el el 22 feb de 2018
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