Sandro Ka pertenece a una generación de jóvenes artistas brasileños interesados en las múltiples posibilidades y sentidos originarios de las fricciones y cruces entre los campos de la cultura popular y erudita, linaje que encuentra referencias en varios momentos significativos del arte después de los años 60. Desde 2003, trabajando con proposiciones que examina el procedimiento de apropiación, el artista emplea, en la potencia crítica del humor y la ironía, una forma de discutir la validez de las reglas que delimitan socialmente la noción de “buen gusto” y las definiciones convencionales de lo que entendemos como “obra de arte”.