Lluís lvern (Barcelona, 1962) realiza un intenso y persistente viaje exploratorio por los territorios de la remota sensibilidad humana y conecta por medio de la creatividad plástica con las raíces de la voluntad comunicativa de nuestros más alejados ancestros. Su obra recurre al Neolítico, pero no con afanes de arqueólogo, sino con voluntad de artista actual que se inspira en el misterio de los grafitis y los colores sobre las paredes de piedra y los guijarros que pintaron unos hombres hace miles de años para poner de manifiesto la fuerza del espíritu sobre la materia.

Estos antepasados ignoraban mucho de cuanto les rodeaba, pero eran conscientes de que disponían de unas cualidades inmanentes que podían emplear como cuerdos ordenadores de la vida colectiva. Esta conciencia sigue viva en nosotros y, con toda seguridad, profundizar en ella es la manera de ... poder construir un futuro mejor, tanto para los que hoy en día nos esforzamos por una sociedad más responsable con sus deberes como para las generaciones que vienen detrás.

Con las pinturas y los grabados de Luis lvern, hijos de unos viajes por los Pirineos y los Alpes, conectamos con los impulsos más auténticos de unos grupos humanos que luchaban no sólo para sobrevivir en condiciones plenamente adversas, sino que querían dejar testimonio de sus sentimientos más puros y, a la vez, motivadores de futuro. Con sus primeros intentos de permanencia mística y artística, abrían caminos y establecían unas afirmaciones que, esencialmente, aún se mantienen vigentes. Nuestro artista ha captado el mensaje que palpita en ellas y esto es lo que nos enseña.