De Carmela Piñón, dijo el maestro Ignacio Iturria en su muestra inaugural que “pinta un universo donde seres o almas son capaces de sostenerse en burbujas, con el firme anhelo del hallazgo. Provistos del poder de su luz propia encendida deambulan ingrávidos”.
Carmela nos pide participar en la ensoñación de su búsqueda, sumergida en abismos marinos o bóvedas celestes, explorando un devenir que funde personajes de la cultura y el pasado, como el Conde Duque de Olivares de Velázquez, cabalgando en azul y arrastrando su corcel una cola de novia, o reminiscencias de infancia, mujeres tejiendo, cosiendo a máquina o a mano.
La trama sobre la que se teje este universo es insistentemente textil, una urdimbre de lanas y burbujas sustenta carretes de hilo flotando, gasas, sobrantes, retazos de tela, colores, materiales del pasado que aparecen en espacios donde navegan personajes con un pequeño, casi inútil proyector en la inmensidad...de la búsqueda mientras otros, desde un rincón del pasado observan su afán.
Entrada actualizada el el 10 ago de 2017
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