En 1932, el presidente portugués António Salazar alegó, “deberíamos dejar a los hombres en la vida exterior, debatiéndose en la calle… y a las mujeres defender la vida, acogiéndola entre sus brazos, llevándola dentro de casa.” ¿Qué han hecho las mujeres con esta vida que amparan?
Desde el 6 de junio hasta el 20 de julio en Mirat Projects (c/Blanca de Navarra 8, Madrid), esta exposición explora cómo célebres mujeres artistas en Portugal han experimentado nuevos modos de resistencia.
Helena Almeida, Maria Helena Vieira Da Silva, Paula Rego son dichas mujeres; mujeres que arman lío. Sus obras escapan de las dicotomías ineludibles, excluyentes; verdadero o falso. Permiten que uno estalle de rabia o rompa a reír. Dentro de lo muy cercano, del ámbito palpable del auto-reflejo, acontecen fabulaciones vivas, que sacuden el centro de nuestra percepción. La grotesca belleza de Paula Rego invierte las jerarquías del poder; Almeida desdibuja la frontera entre...trabajo y cuerpo, externo e interno; Vieira da Silva le da importancia a lo anecdótico, añadiendo infinitas dimensiones, multiplicando versiones alternas de la realidad. Más allá de la sensibilidad domesticada, el cuerpo se convierte en campo de experimentación, “como el filo de un acantilado dando al mar.” (Almeida) Los mundos interiores de estas artistas son laberínticos, difractados, resquebrajan el marco en un vendaval. Vieira Da Silva, Rego y Almeida han mostrado cómo convertir el llanto femenino en un fuerza particular.
Siguiendo su estela, artistas más jóvenes tornan su mirada hacia fuera. El escritor francés Stendhal escribió: “Una novela es un espejo que se pasea por un camino ancho. Tan pronto refleja el azul del cielo ante nuestros ojos, como el barro de los barrizales que hay en el camino.” Para Manuela Pimentel, el espejo es un incesante prisma en donde se dividen y recomponen historias mundanas de la ciudad que habita- sus sueños abandonados y utopías incurables. Un reflejo caleidoscópico de las numerosas capas de la memoria de Portugal, antes y después de la crisis, es proyectado en la barnizada superficie de carteles de la calle.
Maria Trabulo dramatiza la importancia de un simple interrogante: ¿Cuál es en efecto el color del mar? Preguntándose sobre su azul desde la perspectiva de los refugiados que lo cruzan, Trabulo sacude nuestra percepción sobre aquello que ha sido transformado por los medios en un lugar común. Ambas artistas se niegan a eliminar los escombros de las crisis pasadas y futuras de Portugal. Más bien, experimentan con su fusión, preparando combinaciones altamente inestables, siempre al borde de la explosión, mientras nubes de polvo cubren la imagen silenciosamente. Enredando el espacio confinado de su propia intimidad o lo más mundano, Almeida, Vieira da Silva, Rego, Pimentel y Trabulo, provocan una revolución en lo que dura un titubeo.
Imágenes de la Exposición
"O No" Paula Rego
Entrada actualizada el el 03 jul de 2018
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