Es el primer encargo de La Panera de una pieza especialmente concebida para un iPhone. Ignacio Uriarte nos invita a interactuar con su pieza de manera que nos podemos perder por este laberinto sin fin, recorriéndolo de un extremo al otro.

Siguiendo la idea de la exposición presentada en la Panera «A la Derriba», en la que se abrían los muros del centro y podíamos ver que había en el exterior. En este caso, podemos “romper” la pantalla del iPhone y ver que se esconde detrás.

En esta aplicación vemos cómo cada fragmento del mundo —un retrato, un paisaje, un objeto…— constituye un micromundo, una amalgama -de repente inestable- de partículas microscópicas que rememoran átomos, moléculas, células, microorganismos…

Con su aplicación 64 recuperamos la idea del dibujo como huella del movimiento corporal. Cuando los niños aprenden a dibujar necesitan ir afinando sus capacidades psicomotrices para optimizar progresivamente el uso de la herramienta lápiz.

Su obra reflexiona sobre el hecho de que todos nos hemos convertido en observadores y observados por el incremento exponencial de fotografías hechas con dispositivos móviles y su uso en las redes sociales. Esta obra forma parte del proyecto "Observed(o)".

La pantalla de un iPhone está llena de información, de fotografías, de imágenes en movimiento, de mensajes, etc. Su obra nace del deseo de no ver en ella nada más que una sucesión de colores que se van sucediendo al pasar el dedo por la pantalla.