Con un título tan revelador como "He estado en el infierno y he vuelto" el Museo Picasso Málaga presenta, hasta el próximo 27 de septiembre, la compleja y fascinante obra de la escultora franco-estadounidense Louise Bourgeois (París, 1911 - Nueva York, 2010), una de las artistas más influyentes del siglo XX.

Comisariada por Iris Müller-Westermann y organizada con el Moderna Museet de Estocolmo, se trata de la mayor retrospectiva que sobre Louise Bourgeois se ha presentado en España, con más de cien obras de arte realizadas a lo largo de siete décadas, un tercio de las cuales nunca antes había sido expuesto.

Así, pues, se podrán ver cuarenta y seis esculturas de bronce, tejido, látex y aluminio, una celda y una pintura se expondrán junto a cincuenta y tres obras en papel y textiles, muchas de ellas de gran formato o realizadas en series.

Para que se pueda apreciar mucho mejor la complejidad del trabajo desarrollado por Bourgeois, a lo largo de su amplia y fructífera trayectoria, la muestra está dividida en nueve secciones: La fugitiva, Soledad, Trauma, Fragilidad, Estudios naturales, Movimiento eterno, Relaciones, Dar y recibir y Equilibrio.

Como antesala de la exposición, los visitantes podrán acceder a 'Louise Bourgeois: Photo Album', un recorrido por la vida de la artista a través de fotografías. Además, se proyecta el documental que Nigel Finch dirigió en 1994 para la BBC, 'Louise Bourgeois: No Trespassing', así como un audiovisual producido por el Museo Picasso Málaga con entrevistas a Jerry Gorovoy, presidente de la Fundación Louise Bourgeois (Nueva York); a la comisaria de la exposición, Iris Müller-Westermann; y al director artístico del Museo Picasso Málaga, José Lebrero Stäls.

Además, para la ocasión, en el patio del Palacio de Buenavista -sede de la Colección del Museo Picasso Málaga- se ha instalado Araña (1996), una de las esculturas más reconocibles de Bourgeois. En el 2011, una de sus Arañas se vendió por 10,7 M. de Dólares, un nuevo record de precio para la artista en una subasta y el precio más alto pagado por el trabajo de una mujer.

Louise Bourgeois nació en París, en el seno de una familia acomodada que regentaba un taller de restauración de tapices medievales y renacentistas. Bourgeois conoció a su esposo Robert Goldwater, un historiador americano de arte, en 1938, cuando éste había visitado la tienda de Bourgeois para comprar una selección de estampados de Pablo Picasso. Ese mismo año partió junto a su esposo hacia Nueva York, en donde residirá el resto de su vida.

En 1954, Bourgeois se unió al American Abstract Artists Group, con varios contemporáneos, entre ellos Barnett Newman y Ad Reinhardt. En este tiempo ella se hizo amiga de los artistas Willem de Kooning, Mark Rothko, y Jackson Pollock.

Tendrían que pasar casi tres décadas para que su producción, original y compleja a la vez que diversa y fascinante, donde aborda la memoria, la sexualidad, la maternidad, las relaciones humanas y la búsqueda de equilibrio, consiguiese por fin el reconocimiento de la crítica y el éxito comercial. Esto se produjo con su primera retrospectiva, comisariada por Deborah Wye, en 1982, en el MoMA de Nueva York, habiendo cumplido ya los setenta y un años.

A partir de ese momento, quien había sido una figura periférica del mundo artístico, tuvo otra retrospectiva en 1989 en Documenta 9 en Kassel, representó a EE UU en la Bienal de Venecia (1993) y recibió distintos galardones, como el Gran Prix de Escultura del Ministerio de Cultura francés, el León de Oro de la Bienal de Venecia, el Premio de la Asociación Japonesa de Arte o el Premio Aragón-Goya, entre otros.

Ahora, el Museo Pablo Picasso Málaga presenta esta amplia retrospectiva de Bourgeois, cuya carrera presenta una serie de coincidencias con la de Pablo Picasso: ambos crearon la mayor parte de su obra en otro país; la innovación y la experimentación es una constante en sus longevas trayectorias; y la obra de ambos es una referencia ineludible para las generaciones de artistas posteriores.