''Estábamos en contra del arte especulativo: el objeto de arte no tenía que ser una obra de arte''. Así reflexionaba en febrero Felipe Ehrenberg (Ciudad de México, 1943 – Cuernavaca, Morelos, 2017) sobre su papel en el arte conceptual contemporáneo, del que fue pionero en Lationamérica. El maestro plástico mexicano falleció ayer a los 73 años en un hospital de Cuernavaca como consecuencia de un infarto.

Ehrenberg fue un creador polifacético con una formación clásica que le acercó al dibujo, la pintura y la escultura. Sin embargo, su inquietud artística acabó dejando una huella muy profunda en el arte conceptual latinoamericano, la experimentación con el arte objeto, la performance y el diseño gráfico.

Bajo la influencia de sus primeros maestros, entre los que se encuentran Mathias Goeritz (Gdansk, Polonia, 1915 – Ciudad de México, 1990), Feliciano Béjar (Michoacán, 1920 – Ciudad de México, 2007) y José Chávez Morado (Guanajuato, 1909 – 2002), comenzó una carrera que tuvo su pistoletazo de salida con su primera exposición colectiva en la Galería La Paz en 1960. En 1965 expuso por primera vez de forma individual en la Galería del Centro de Arte y Artesanía y la Galería 1577. Apenas tres años más tarde, en mayo de 1968, se exilió en Inglaterra y desarrolló una destacada carrera como editor en su firma Beau Geste Press, con la que publicó varios libros-objeto.

A partir de entonces, se suceden los éxitos en la carrera de Ehrenberg, que pronto se convierte en todo un referente. Con más de setenta exposiciones a sus espaldas, al mexicano se le concedieron algunos de los premios y becas internacionales más prestigiosos, entre los que destacan la Beca Fullbright en 1991 y la Beca Guggenheim en 1976. Además, como suele ocurrir en la carrera de artistas pioneros, fue miembro fundador de su propio grupo, el Grupo Pentágono.

La política interfiere profundamente en su vida profesional, más allá de su exilio en la campiña inglesa. En 2001 se le nombra agregado cultural en Brasil y se instala en São Paulo, donde permanece cinco años hasta su despido en 2006. En los últimos dos años, Ehrenberg se había instalado en Cuernavaca.

La presencia del mexicano en el panorama expositivo internacional había descendido abruptamente en 2016, en gran medida por sus problemas de salud. Sus últimas muestras se remontan a 2015, año en el que expuso por primera vez en España de la mano de la galería madrileña Freijo, cuando le entrevistó Miguel Cereceda para ARTEINFORMADO. Destacan varias exposiciones en la brasileña Baró, a la que llevaba ligado desde su estancia en São Paulo. Sin embargo, la muestra más destacada de los últimos años de su carrera es, sin duda, la gran retrospectiva sobre su labor editorial que acogió el MUAC en 2012. Es de esperar que los museos mexicanos rindan homenaje a Ehrenberg durante los próximos meses. Estaremos atentos.