El programa expositivo del próximo año en la Fundación Antoni Tàpies se inicia, a comienzos de febrero, con una producción especial y propia dedicada al trabajo de un joven artista como es el catalán Oriol Vilanova (Manresa, 1980), cuya obra en los últimos años, "ha aparecido en citas destacadas del arte contemporáneo y ha despertado el interés de un amplio sector de la crítica", tal y como apuntan desde la institución cultural que dirige Carles Guerra, quien es, además, el comisario de esta muestra que "se entiende como un apoyo explícito a la creación joven de nuestro país", como subrayan desde la Tàpies.

"Domingo", que es el título que recibe este proyecto, transformará la Tàpies en un museo de todas las épocas y ámbitos geográficos que turistas de otros tiempos han compartido a través de un formato tan modesto como es la carta postal. Y es que el trabajo de Vilanova, de formación arquitecto y residente en Bruselas, a menudo se podría resumir describiéndolo como una práctica que tiene lugar de domingo en domingo en los mercados de segunda mano lo que ha hecho que con el tiempo reuniera una colección de 30.000 postales, de todas las épocas y de motivos diversos.

En este proyecto para la fundación barcelonesa, Oriol Vilanova despliega un sistema coyuntural que permitirá sacar a la luz la casi totalidad de una colección miscelánea. Pero, antes, en enero, Vilanova inaugurará otra muestra individual en el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M), en Madrid, comisariada por Víctor de la Heras.

En el mes de junio, llegará "Sísifo colectivo", la primera presentación monográfica en España del gran maestro de la fotografía el estadounidense Allan Sekula (Erie, 1951 - Los Ángeles, 2013), considerado por muchos uno de los nombres más destacados de la fotografía moderna en la segunda mitad del siglo XX.

Se mostrarán dos importantes bloques de trabajo en los que Sekula observó y analizó el impacto de la economía marítima sobre la incipiente globalización de los años noventa, así como el nuevo marco moral impuesto por el neoliberalismo de principios del siglo XXI.

Esta exposición, que rinde tributo a un artista que mantuvo una estrecha relación con la Barcelona post-olímpica, una ciudad que le fascinó como caso de estudio para pensar las nuevas formas que adopta la injusticia en el marco del neoliberalismo, se produce en colaboración con la Universidad de Leuven y el MUHKA de Amberes, bajo el co-comisariado de Hilde van Gelder, Anja Isabel Schneider y Carlos Guerra.

Además, con motivo de esta muestra de Sekula el colectivo artístico de Río de Janeiro OPAVIVARÁ! llevará a cabo un proyecto artístico en la playa de Barcelona, en el mes de junio. Se trata de proyecto común entre la Fundació y The Green Parrot (Barcelona) que busca activar la zona costera de la ciudad a través de las prácticas artísticas y la relación con los colectivos locales.

La tercera gran muestra, que llegará en octubre, será una retrospectiva de las más completas que nunca se le han dedicado en Europa a la reconocida fotoperiodista estadounidense Susan Meiselas (Baltimore, 1948), quien se inscribe en la historia reciente del fotoperiodismo, gracias, entre otros trabajos, a su cobertura de las crisis de Centro América en los años setenta y ochenta que la convirtieron en una celebridad de este género o también con el impacto obtenido con Carnival Strippers, una serie que le abrió el acceso a la histórica agencia Magnum

Esta exposición coproducida con el Jeu de Paume de París reúne numerosos proyectos de Meiselas y está co-comisariada por Pia Viewing y, nuevamente, por Carlos Guerra.

Como ya es tradición en la institución también se podrán exposiciones con trabajos de Antoni Tàpies (Barcelona, 1923 - 2012). En esta ocasión, "Antoni Tàpies, colección. Objetos" y "Antoni Tàpies. Colección, 1948-1951".

La primera, entre principios de febrero y finales de septiembre, aborda, al término de la década de 1960, coincidiendo con un incremento de su compromiso político, Tàpies acentuó el trabajo con objetos que eran extraídos de su entorno cotidiano y que el artista los incorporaba a la superficie del cuadro o bien hacía ensamblajes. Este interés, sin embargo, no era nuevo. Tàpies ya se había adentrado en el mundo de los objetos desde el inicio de las pinturas matéricas.

La segunda, entre principos de octubre y mediados de enero de 2018, analiza sus años de formación durante la década de 1940 y principios de la de 1950, en el contexto del primer franquismo, años en los que Tàpies se sintió atraído por el surrealismo, el último movimiento de vanguardia que había tenido lugar en Cataluña antes del estallido de la Guerra Civil española.

Las obras de Tàpies de este período tienen una fuerte carga narrativa y literaria, y se caracterizan por las frecuentes referencias a Miró, Ernst y Klee, artistas que admiraba y que influyeron su obra temprana.