El equipo comisarial formado por Colectivo Catenaria, integrado por Marta Echaves Martín, Elena Fernández-Savater y Manuela Pedrón Nicolau, han sido invitados por ARTEINFORMADO, a propuesta de los organizadores del premio de comisariado “Inéditos”, convocado por La Casa Encendida, y que ganaron en 2014, para seleccionar “10 artistas a seguir” con la única condición de ser españoles o residentes en España. Aquí tiene las razones de su selección:

Como colectivo tenemos una identidad compartida, entre nosotras y con el resto de las actividades que desarrollamos de forma individual y con otros/as. Catenaria cambia de naturaleza según el proyecto y tiene una actividad intermitente. Desde que empezamos a trabajar juntas fue importante para nosotras entender nuestra práctica más allá de su definición estricta. Si bien nos autorepresentamos como comisarias y/o mediadoras, esta etiqueta no delimita la forma en la que diseñamos y abordamos nuestros proyectos. Por el contrario, el comisariado se vuelve un territorio de experimentación, construido fundamentalmente a partir de ciertos desplazamientos. El primer de ellos deriva de la propia condición de colectivo, que nos desliga de la figura del comisario en su tradicional individualidad. El segundo desplazamiento tiene que ver con el reto de abordar lo curatorial fuera de los lenguajes estrictamente expositivos, creando lugares y momentos que funcionan a distintos niveles y velocidades. Nuestros proyectos tienen más que ver con diseñar lugares de encuentro, dinámicas que favorezcan el pensamiento y la creación colectiva. Así, el intercambio y el juego se convierte en herramientas fundamentales en nuestra investigación de formas de socialización del arte y la experiencia estética.

Por ello, para el proyecto “10 artistas a seguir” de ARTEINFORMADO proponemos un conjunto de identidades anómalas dentro de ese sistema del arte que la plataforma trata de catalogar. Se trata de colectivos y proyectos que amplían y subvierten los perfiles más estandarizados del panorama profesional. Son ejemplos de experimentación en los que caben todo tipo de licencias, con los que nos identificamos en algún aspecto o cuyas propuestas, métodos y principios nos resultan inspiradores. Entre los proyectos que forman parte de esta propuesta, encontramos aspiraciones diversas desde estructuras variadas y flexibles. Algunos de ellos, como Video Nou han surgido con la intención de crear un fuerte contexto artístico y político que actúe como hervidero de acciones e ideas; otros, como Basurama, C.A.S.I.T.A o El Banquete se han creado a raíz del interés por investigar e intervenir en el espacio público y común. También tratamos de señalar otras economías en la producción y circulación del arte contemporáneo, como en el caso de Elgatoconmoscas. Igualmente aparecen otros tipos de autorías que no responden a la visión más estereotipada de una carrera artística, como la pluri-identidad de Klari Moreno o Ximo Berenguer. Son figuras que aceptan la dispersión, la intermitencia, el fracaso, el abandono o incluso el fake como parte de la práctica artística. Rompen con la idea de marca, cuentan con una imagen difusa, extraña o colectiva, como Cloaque.org, Abismal o el pseudónimo colectivo Black Tulip.

Estas identidades no siempre están presentes en el circuito artístico más convencional, en lo que respecta a los criterios de validación de los artistas. Y es que la naturaleza radical de sus propuestas bloquea en muchos casos la cadena especulativa del sistema del arte. Muchos de ellos comparten un contexto común atravesado por una serie de contingencias políticas y sociales que afectan a las posibilidades de la producción artística. Por otro lado, la decisión de incluir en este listado a artistas o colectivos que no formen parte de nuestra misma generación demuestra que estas maneras de hacer arte son históricas, y que se han repetido en diferentes momentos y contextos.

Quizás, por todo ello, más que una lista, vemos este ejercicio como un diagrama. Un esquema que adquiere su sentido por medio de las relaciones que establecemos entre unos y otros, y que a su vez también articulan nuestra práctica. No se trata, entonces, de una enumeración, sino más bien de una evocación, que se aleja de un método exhaustivo de selección para centrarse en quienes resuenan de una manera más natural. Cada uno, por unas u otras razones, provocan la chispa que nos hace seguir preguntándonos por la naturaleza de nuestra propia composición y posibilidades. Cada uno de ellos, podría decirse que plantea una receta para sobrevivir a las limitaciones de un sistema que tiende a la exclusión y la lógica del mercado, cada vez más precarizado y encerrado en sí mismo. No podemos evitar compartir muchas de sus inquietudes, y buscar uniones que nos animen a seguir trabajando en este sentido.