Roger Ballen crece en el seno de una familia vinculada a la fotografía: su madre, Adrienne Ballen, es editora en la agencia Mágnum, y los fotógrafos Bruce Davidson y Andrè Kertesz –a quien considera su principal inspirador- son amigos de la familia. En su adolescencia realiza fotografías por afición, al tiempo que estudia la carrera de geología en la universidad de Berkley, California. La muerte de su madre y un general descontento con los valores occidentales le empujan a abandonar Estados Unidos y a embarcarse en un viaje de cinco años que le lleva hasta El Cairo, Grecia, Nepal e Israel, estableciéndose definitivamente en Sudáfrica en 1974. Durante este tiempo se gesta su primer libro Boyhood. Su denuncia del régimen de apartheid cristaliza en el libro Platteland (1995), que despierta una gran controversia en todos los ámbitos. Formado por una serie de impresionantes retratos en ... blanco y negro de la gente de esta región sudafricana, ofreciendo una realidad cruda y descarnada. Los modelos son captados casi siempre en sus casas: parejas mixtas, mineros, funcionarios… y aparecen unidos por el nexo común de la soledad y la miseria.

A mediados de los 90 la obra de Ballen sufre un cambio importante, las personas empiezan a desaparecer tomando mayor importancia los objetos los animales y los espacios. El carácter documental de su obra deja paso a aspectos mucho más pictóricos o escultórcos. Si bien el sujeto fundamental de su obra, el entorno sudafricano y su atmosfera inquietante siguen ahí.

Las obras que veremos en Vanguardia pertenecen a este periodo y son una selección de sus dos últimos libros publicados Outland, 2000 y Sadow Chamber 2005

Todavía quedan algunos retratos pero fundamentalmente como el propio Ballen comentaba en una reciente entrevista, “Las imágenes actuales parecen más bien reflejar mi propio interior como parte del entorno cultural sudafricano”.

Animales objetos y personas interactúan en el espacio de forma irreal, creando imágens ambiguas en las que no acabamos de entender si el fotógrafo las ha encontrado así o han sido preparadas. Los valores plásticos de la imagen parecen haber sustituido en importancia al carácter documental del principio.

Las personas apenas aparecen y cuando lo hacen, se intuyen por la visión de partes de su cuerpo o por la huella dejada.

La utilización del Blanco y Negro agudiza la ambigüedad y el misterio de estas obras que parecen haber captado el momento irrepetible de una escena.