Esta es la primera exposición de REGINA SAURA en la capital británica; una artista que desde hace años triunfa en el mercado americano a través de su galería CALDWELL SNYDER ubicada en Nueva York y San Francisco.

La obra de Regina Saura irradia alegría. Crea imágenes llenas de vida, energía y emoción. Nos muestra un mundo mágico repleto de dulzura, ilusión e inocencia donde todo aún es posible. Nos invita a percibir la realidad desde una perspectiva sin miedos, como lo haría un niño disfrutando de la simplicidad de las cosas. Pinta objetos cotidianos como sillas, mesas o tazas, y naturalezas o paisajes que le son próximos. Estas imágenes tienen algo de naïf por ser ingenuas e inocentes y nos las enseña de un modo caprichoso; usando atrevidos colores que combina en armonía, dibujando ... contornos de líneas espontáneas o utilizando perspectivas que a veces resultan desafiantes y otras, imposibles.

Este lenguaje artístico tiene como base la fotografía, el diseño gráfico y la publicidad. Representa fragmentos de lo que ve eligiendo un encuadre y un ángulo de visión determinados, como lo haría un fotógrafo al disparar su cámara. El diseño lo descubrimos en su modo de comunicar seleccionando una serie de elementos y proyectándolos en formas sencillas pero que impacten a través del color, el movimiento o su disposición. A menudo incluyendo grafismos, textos y números escritos a mano o impresos y aplicados en collage, que complementan el dibujo y captan irremediablemente la atención de quien los observa.

Al igual que hicieron los artistas del movimiento Pop, Regina transforma lo que nos es cotidiano en arte. Expone los objetos por si mismos -ajenos a su funcionalidad encontrando el valor en la forma, la línea y el color, también en el espacio que habitan o que les rodea. Pero esta artista va más allá y se interesa por la satisfacción emocional que nos trasmiten y por los valores que nos sugiere su contemplación. Sus temas son excusas para explicarnos como ella entiende la vida: un caminar hacia adelante deleitándonos con todo lo bueno que nos aportan las cosas más sencillas. La intensidad, el brillo, y la energía están muy próximos a nosotros. Solo hay que saber mirar la realidad a través del filtro adecuado para descubrir la alegría de vivir. En definitiva, la pintura de esta artista nos propone liberarnos de la angustia y nos enseña que la vida es una oportunidad para gozar.