La obra de W. Caldas se enmarca en el contexto del arte brasileño experimental de finales de la década de los sesenta y comienzo de los setenta. Su trabajo se relaciona con el Neo-Concretismo, movimiento surgido en Río de Janeiro al principio de los sesenta con artistas como Lygia Clark y Hélio Oiticica, que proponen un acercamiento multisensorial a la obra de arte.

Caldas utiliza materiales industriales como acero inoxidable o vinilo y materiales domésticos como la lana; materiales concretos empleados de manera directa y clara. La utilización precisa que hace de estos materiales, con formas asépticas y limpias dan un sentido de densidad espacial, y al mismo tiempo de acumulación. Así mismo, el uso de la estructura, de superficies y materiales pulidos transparentes, reflectores y uniformes como el acero, acentúan la incidencia de ... la luz y enfatizan la visibilidad y coherencia formal de las piezas.

Las obras que presenta en la exposición son sus nuevos 'objetos', obras autónomas que persiguen la complejidad mediante las relaciones que cada obra propone entre sus partes. Durante los últimos años W. Caldas busca en sus obras pequeñas revelaciones para la percepción, combinando objetos que se asemejan unos a otros y se confunden con el ambiente expositivo. Surgen así espacios creados por la tensión entre objetos, espacios que se aparecen al espectador, donde la imaginación puede trabajar y la obra se revela. Caldas delimita el espacio de forma que éste se convierte en material, tan importante para la obra como el acero o la lana que utiliza.

La transparencia y ligereza están presentes en su obra. El propio artista declara 'Me gusta que los objetos se dejen atravesar por la mirada, la transparencia provoca que la mirada vuelva a tí. Mis trabajos necesitan ser re-vistos, la primera vez la mirada los atraviesa y retorna y es esa segunda vez cuando la mirada los hace suyos'.

En los últimos años, Waltercio Caldas ha iniciado una línea de trabajo de síntesis entre materiales y espacio, como vimos en la instalación de la Bienal de Venecia 2007, Half Mirror Sharp, donde el juego sensorial del espacio delimitado por cristales transparentes, finos hilos de lana negra y sus sombras sólo perceptibles con la luz, obligaba al espectador a reflexionar sobre la percepción de cada espacio y la relación de éste con el espectador.

Su obra forma parte de las colecciones de los museos tan importantes como el Museo de Arte Moderno de Nueva York y la Neue Galerie en Kassel, junto con museos brasileños como el Museo de Arte de Sao Paulo y el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro. Ha representado a Brasil en la Bienal de Venecia de 1997 y a la Bienal de São Paulo en 1996. Su escultura pública puede verse en Leirfjord, Noruega, Paseo de las Américas en Punta del Este, Uruguay o Avenida Beira-Mar en Río de Janeiro. En 2008 se presentaron importantes exposiciones en La Fundaçao Galouste Gulbenkian en Portugal y en el Centro Gallego de Arte Contemporáneo en Santiago de Compostela. Recientemente el Museo de Arte Contemporáneo de Río de Janeiro, MAM, le ha dedicado una gran retrospectiva.