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El coordinador general de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de la Rosa; el director artístico de TEA, Javier González de Durana; y el conservador de la Colección de TEA y comisario de Óscar Domínguez. Una existencia de papel, Isidro Hernández, fueron los encargados de ... presentar el jueves 24 el contenido de esta muestra, que podrá visitarse en este centro de arte contemporáneo del Cabildo de Tenerife hasta el 16 de octubre, de martes a domingos de 10,00 a 20,00 horas.

Cristóbal de la Rosa destacó que algunas de las piezas expuestas en esta exposición -como son La ola (un óleo de 1938) o un autorretrato de 1928-, se exhiben en España por primera vez y también valoró de manera muy especial el grado de colaboración que han tenido distintos coleccionistas privados así como diferentes instituciones nacionales y extranjeras con esta muestra. 'Cada vez tenemos más proyectos en común con otros centros y, con el paso del tiempo, estamos viendo como TEA Tenerife Espacio de las Artes se va consolidando dentro del panorama artístico, hecho que hace que tengamos más préstamos de obras y con una mayor facilidad', agregó el responsable de Cultura del Cabildo.

En este sentido, Cristóbal de la Rosa agradeció su implicación a todos aquellos que han prestado sus obras para esta exposición y subrayó que en Óscar Domínguez. Una existencia de papel el espectador tendrá la oportunidad de ver algunas obras del pintor tinerfeño que hace más de cuarenta años que no se mostraban al público. Éste es el caso de El drago (1933), un óleo sobre lienzo y una de las creaciones cruciales en la trayectoria de Domínguez, que se vio por última vez en el año 1968. 'El drago marca la relación del pintor con su tierra a través de la representación onírica de elementos insulares elevados a la categoría de mitos', explicó el también vicepresidente de TEA delante de esta pieza, prestada por la Fundación Caixa Galicia.

Javier González de Durana aclaró que la figura de Óscar Domínguez siempre está ligada a este centro de arte y que ésta suele estar presente en la mayoría de las muestras que se realizan en TEA, aunque no siempre sea la figura protagonista. 'Nuestros fondos están en constante rotación para ofrecer nuevas lecturas, diferentes visiones de la misma. La nuestra no es una colección estática, ya que siempre está en constante movimiento: o está siendo prestada, o restaurada o investigada...Domínguez es una figura central dentro de TEA y de su Colección, que siempre está en permanente actividad', matizó el director artístico del centro que no dudó al afirmar que Óscar Domínguez. Una existencia de papel es 'una exposición espléndida fruto de un largo trabajo de investigación'.

Isidro Hernández explicó que a través de esta exposición se presenta a Óscar Domínguez en clara relación con su tiempo y lo hace explorando su labor como ilustrador. 'Es un tema apasionante ya que los libros son piezas únicas. En ellos, siempre hay elementos, como una dedicatoria, una firma o una marca que los hacen especiales, que hacen que sean auténticas ediciones de lujo', apuntó el comisario de esta exposición.

Óscar Domínguez. Una existencia de papel parte de las ilustraciones realizadas por Óscar Domínguez a principios de los años treinta para las ediciones de la revista de expresión contemporánea Gaceta de arte y cuenta con trabajos de gran calidad no sólo en los años treinta -elaboradas en sintonía con la euforia vanguardista del momento- sino también, y muy especialmente, en los años parisinos de la ocupación nazi, período en el que Domínguez llega a ser el máximo ilustrador del grupo clandestino La main à plume.

Su participación en las ediciones de Guy Lévis Mano en los años treinta, pasando por sus decalcomanías para la cubierta de la Antología del humor negro, de André Breton (ya en 1940) hasta sus colaboraciones con varios libros editados en la clandestinidad como Au fil du vent (1942), Domiane (1942), Le grand ordinaire (1943), Le feu au cul (1943), o en 1947 su ilustración del poema de Paul Éluard, Poésie et vérité, constituyen algunos de los episodios clave de esta muestra, en la que se puede comprobar como a veces sus grandes obras tuvieron su germen en un dibujo o en grabado.

Sin embargo, y aunque los dibujos y las ilustraciones de Domínguez son el hilo conductor de esta exposición, también hay en ella algunas de las pinturas cumbres del surrealista como es el caso de Tête de taureau (1941) -un autorretrato de Domínguez en el que se entremezclan los rasgos taurinos y humanos- o La apisonadora y la rosa (1937), obra perteneciente a la Colección del Centro de Arte Reina Sofía que es punto de inflexión necesario en el desarrollo expositivo de esta muestra: la rosa que detiene el movimiento aniquilador de la máquina simboliza el triunfo de la poesía sobre el mundo de la destrucción y de la técnica.

Una de las obras fundamentales es el ejemplar de lujo de Le Grand Ordinaire, de André Thirion. Se trata de una publicación de 1943, aunque con fecha de 1934 para evitar la censura, y procedente de la antigua colección de Thirion, más tarde adquirida por el coleccionista Gérard Nordmann. Se trata de un ejemplar único que, enriquecido con dibujos originales del pintor de temática pornográfica y burlesca, está considerado como la pieza estrella de la colección documental de TEA Tenerife Espacio de las Artes. Este Le Grand Ordinaire está enriquecido con tres aguafuertes y siete dibujos originales en tinta china. Encuadernado por Renaud Vernier en 1978, este ejemplar incluye una felicitación de Domínguez ('Bonne Anné 1958'), que no deja de ser un detalle macabro, pues el pintor canario se quitaría la vida el 31 de diciembre del 1957.