La ironía, el ingenio y una decidida voluntad de interactuar con el espectador impregnan el trabajo del dúo formado por Aparna Rao (India, 1978) y Soren Pors (Dinamarca, 1978), que desde 2004 desarrolla una práctica artística multidisciplinar en la que participan la ingeniería mecánica, la electrónica, la programación y los procesos de fabricación, y que se sustancia en una serie de instalaciones y objetos que, si bien se prodigan en el diseño industrial y tecnológico, tienen como interés último poner de relieve las complejas relaciones entre los seres humanos.

En efecto, las creaciones de Pors & Rao se centran no tanto en la utilidad de la tecnología por sí misma como en su aplicación como herramienta creativa, en su potencial evocador y en su capacidad para penetrar en todos los aspectos de la vida cotidiana y convertirse en instrumento omnipresente de nuestra imaginación. ... Y, ya desde un punto de vista estrictamente artístico, la propuesta de Pors & Rao parte de las reglas de la funcionalidad para decantarse en unas creaciones cercanas a la ficción que afectan a las reglas de la realidad percibida y que activan en el espectador una exploración personal de los registros inconscientes, las frustraciones y las sutiles limitaciones que influyen en nuestras relaciones sociales.

A partir de una cuidada estética industrial, los diseños de esta pareja de creadores apelan no pocas veces al humor y a la sátira para ilustrar esa conexión entre unos objetos extrañamente vivos y el comportamiento humano: es el caso de 'The Uncle Phone', una de las obras que pueden contemplarse en la muestra del CAB, un curioso y largo teléfono que precisa de la intervención de dos personas, una para marcar y la otra para sostener el auricular.

En otras ocasiones, las propuestas de Pors & Rao paracen disfrutar de una especie de existencia independiente que discurre en paralelo a la vida ordinaria: así, en 'Missing Person', se ha creado un sistema que graba a las personas presentes en la sala y reproduce las imágenes en tiempo real en unas pantallitas de las que ha desaparecido uno de los personajes.

Todas ellas, en fin, están presididas por un juego incesante que se nutre de la participación y la complicidad del público, a través de los resortes de la curiosidad, la extrañeza, el descubrimiento y el misterio, y nos invitan no solo a ser testigos de su existencia, sino también a compartir su lógica y a convivir en su inaudita realidad.

Caja de Burgos recibe con interés y satisfacción en las instalaciones del CAB la obra de una pareja de artistas inquietos, sensibles a los lenguajes artísticos derivados de las nuevas tecnologías y que cultivan una singular veta poética que late en la capacidad de los objetos industriales para examinar las motivaciones, los miedos y los sueños que cada día nos animan.