El impacto de Martin Kippenberger (Dortmund, 1953 - Viena, 1997) en el mundo del arte perdura hasta la actualidad, encontrándose su nombre entre los veinte artistas contemporáneos más importantes del mundo. Su obra sigue atrayendo y fascinando, a la par que museos de fama mundial dedican espacios enormes a exposiciones suyas de gran escala, como el TATE en Londres y el MoMA en Nueva York.

Kippenberger era rebelde, filósofo y provocador. Nada le daba vergüenza, y a todo le daba la vuelta. Era un provocador y aborrecía el aburrimiento. Abandonó la formación para ser decorador y dejó la Academia de Arte de Hamburgo antes de sacarse el título. No quiso ser un artista que sólo pinta en su taller, quería ser un actor. No lo logró, y empezó a poner su arte en escena, y, de paso, a sí mismo. Creó Kippenbergers Büro ... (la oficina de Kippenberger), la respuesta alemana a la factoría de Warhol, a la vez que fue manager del mítico local cultural S. O. 36 en Berlín. De ahí le siguen más de 20 años de una productividad artística extraordinaria, que abarca múltiples disciplinas como la pintura, la escultura, la fotografía, el dibujo, la instalación, la performance, la música, los carteles, las invitaciones a exposiciones y los catálogos. No sorprende, pues, que su frase preferida era: 'La cabeza es redonda para poder pensar en todas las direcciones.' La obra de Kippenberger desafió al establishment alemán al preguntar, con una burla casi anárquica, sobre la identidad y la posición del artista en la cultura y en el sistema del arte. Consecuentemente, 'Kippi', como lo llamaban los amigos, se autoretrató de forma repetitiva y usando todos los medios, y llevaba ad absurdum conceptos e ideas del momento, un ejemplo de ello es su proyecto de instalar una red de estaciones de metros inútiles, en lugares insólitos. Respondía a sus críticos más severos con obras de arte y no dejaba pasar ni una oportunidad para promocionarse y analizar su propio papel de showman, empresario, artista, arquitecto y editor.

Era un artista nómada, viviendo en Alemania, Brasil y Austria, y pasando por Tenerife, Sevilla y Madrid. Una de sus primeras exposiciones en España fue en el año 1985 con la Galería Leyendecker en Santa Cruz de Tenerife, esta nueva exposición en la galería muestra la carpeta O. C. Maniac, compuesta de 25 pósteres más otras obras sueltas. Son pósteres que anuncian exposiciones y que el artista revistió con un mix de medios muy vivo, a la vez que satisfacen su afán de documentar, publicar y exhibir todos los pasos de su productividad.