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Coincidiendo con APERTURA 2011, evento organizado por la Asociación de Galerías Madrileñas ArteMadrid para celebrar el comienzo de la temporada 2011-2012, la galería Espacio Mínimo inaugura la temporada con un proyecto comisariado por la galería de Los Ángeles Richard Heller Gallery. Bajo el título Human Nature, la exposición engloba obras de ocho artistas de la galería americana -siete y un grupo formado por dos de ellos que realizan un trabajo conjunto-, en las que desde ópticas y prismas diferentes y utilizando una variada gama de técnicas y lenguajes nos hablan, de un modo u otro, acerca de la condición humana.

Corey Arnold (California, USA, 1976) estudió de 1996-98 en Northern Arizona ... University, Flagstaff, y en 1999 obtiene el BFA Photography en la Academy of Art University, de San Francisco. Es fotógrafo y pescador comercial, y aprovecha la temporada de pesca en Alaska y los barcos dedicados a la pesca del cangrejo del norte de Noruega para realizar su trabajo fotográfico que ha conseguido importantes premios y ha sido publicado por los más importantes medios de comunicación impresa del mundo.

Jacob Magraw-Mickelson (California, USA, 1982) obtuvo el BFA en Ilustración en The Art Center College of Design de Pasadena en 2004. Realiza un personalísimo trabajo con un dibujo obsesivo que combina habitualmente colores intensos y brillantes con formas arquitectónicas. Sus dibujos han ilustrado numerosos artículos de The New York Times entre otras publicaciones.

Rachell Sumpter & Jacob Magraw-Mickelson compaginan su trabajo individual con el que realizan conjuntamente desde hace aproximadamente dos años. Su trabajo conjunto no se somete a unas reglas fijas sino que el protagonismo de uno u otro en cada pieza viene marcado por el ritmo que se imponen en cada caso particular. Ambos comparten su vida en una pequeña isla del Estecho de Puget en Washington, encontrando inspiración en un entorno natural y cultural único.

Brendan Monroe (California, USA, 1980), vive y trabaja en Estocolmo. Es pintor y escultor aunque también realiza por encargo trabajos de ilustración. Se considera a sí mismo un fabricante de cosas que tiene la necesidad de producir y construir, aunque sean la pintura y la escultura los medios con los que mejor se expresa y que pueden traducir más fielmente sus ideas.

Victoria Reynolds (Texas, USA, 1962) realiza unos inquietantes trabajos que, en muchas ocasiones, toman como modelo la carne cruda o las vísceras recreando un extraño mundo sensorial que evocan o remiten de forma más cruda y desgarrada, aunque casi siempre camuflada por el velo de la ornamentación, a ciertas tradiciones pictóricas del pasado como los bodegones y las vanitas o las escenas de sacrificios y martirios.

Charlie Roberts (Kansas, USA, 1983) vive y trabaja en Asker, Noruega. Su obra, en la que emplea un personalísimo lenguaje figurativo de fuerte impacto visual, plasma obsesivamente, a modo de catálogo, los más variados tipos de especímenes humanos. Su pintura es cruda y exuberante, inspirándose en fuentes muy diversas -internet, libros y revistas- tratando de registrar las imágenes tan rápido como le sea posible.

Devin Troy Strother (California, USA, 1986), vive y trabaja en Los Ángeles. Realiza un agresivo trabajo donde cada elemento empleado, cada color y cada pedazo de papel recortado, construyen narrativas de gran riqueza que sobrepasan los paneles sobre los que están realizados. Su trabajo está teñido por la experiencia afroamericana, encontrando su principal fuente de inspiración en la cultura popular. Construye sus narrativas a partir de los títulos de las obras, tomados de frases de canciones de rap o directamente de comentarios de amigos o familiares. Su trabajo se compone a base de capas añadidas una tras otra, múltiples técnicas agrupadas crean obras que confronta con el espectador tanto por sus agresivos colores como por su contenido.

Rachell Sumpter (Los Angeles, California, 1972), es un artista de Costa de Oeste que pinta esplendores diminutos, creando escenas comunales y aisladas. Toma prestadas imágenes de tradiciones religiosas y políticas de nuestro amenazado mundo natural, especialmente relacionadas con la cultura del Norte del océano Pacífico. En sus melancólicos paisajes hay celebraciones y lamentaciones. Con su empleo deslumbrante del color presta un optimismo a lo que de otra manera podría parecer una elegía. Con una iconografía de miedo y de deseo, construye extrañas mitologías de misterio y placer.