Uno de los creadores españoles que más ha contribuido a la plena integración de la fotografía en los discursos artísticos actuales, el trabajo de Gonzalo Puch (Sevilla, 1951) sustenta su trabajo en una particular escenificación de procesos mentales que profundizan en las relaciones del artista con su realidad individual y social y, singularmente, con su entorno natural.

'La naturaleza se hace posible en nosotros gracias a la cantidad de relaciones que podemos establecer con ella; de esta forma naturaleza y cultura no pueden existir separadamente'. Son palabras que iluminan con eficacia el sentido y la intención de Una jornada sin nubes, la propuesta que Puch presenta en el CAB en el último trimestre de 2011. Dibujos, fotografías, instalación, vídeo... El propósito del artista es mostrar una obra total en la que la naturaleza sea el telón de fondo donde se desarrolla todo: como ... en proyectos anteriores, Puch presenta un entorno medioambiental acosado, en peligro, representado en imágenes llenas de misterio y de poesía, de ensoñación y espanto, y en las que la línea entre el mundo natural y el mundo de la creación artística se difumina, sostenida apenas por un muy tenue hilo narrativo.

El sevillano, que en sus comienzos cultivó la escultura y la pintura abstracta, ha invertido sus dos últimos años en combinar dibujo y fotografía, a través de un proceso que parte de dibujos que posteriormente fotografía y mezcla digitalmente con fotos. Estos 'dibujos fotografiados', elementos dispares que se yuxtaponen en situaciones organizadas que él captura con su cámara y que finalmente combina y adapta, forman parte de la exposición y son además la base de la instalación presente en Una jornada sin nubes, construida a través de recortes de estos dibujos liberados de la hoja rectangular en la que fueron creados.

El vídeo, que pertenece a la época fotográfica del autor, fue creado asimismo como un collage de secuencias que guarda relación con los dibujos en una especie de secuencia sin fín, y, finalmente, algunas fotografías explican en parte el proceso seguido en tan personal senda creadora. Hay, igualmente, en Una jornada sin nubes algunos objetos que colaboran en el espacio para reforzar la idea de arte y vida.

Gonzalo Puch -cuya obra forma parte de colecciones como la Fundación Coca-Cola, el Museo de Arte Blanton, la Universidad de Texas, la Fundación Telefónica, la Fundación Arco y el Centro Andaluz para el Arte Contemporáneo- es un viejo conocido del CAB: ya participó en una exposición colectiva titulada Permanencias Difusas, entre octubre de 2005 y enero de 2006.