Para su tercera exposición en La Caja Negra presenta la más reciente serie de gráfica de José Pedro Croft compuesta por cincuenta y tres grabados de diferentes tamaños realizados al aguatinta, manera negra y punta seca. A esto se le suman dibujos de gran formato y un conjunto de grabados intervenidos con recortes y tinta por el propio artista.

Croft ha venido desarrollando durante los últimos veinte años una actividad continuada en en el campo de la gráfica que ha dado lugar a uno de los más importantes conjuntos gráficos de las últimas décadas. Partiendo del empleo de las técnicas tradicionales de grabado y usando la base conceptual como punto de partida y la práctica escultórica como referencia, ha realizado una gráfica que va más allá del papel, donde el espacio, lo pictórico y el concepto rebasan sus límites. Como señala el escritor ... Joâo Silveiro en el texto del catálogo que recoge la serie:

'El autor regresa a los procedimientos del dibujo, conquistando la hoja mediante la sustracción del margen y alejándose, cuando es necesario, del formato tradicional que incluye el margen blanco destinado a la ordenación serial...Cada una de las planchas está sujeta a las intervenciones que alteran la forma representada, llegando a modificar el eje de orientación en relación a las primeras pruebas realizadas al inicio de esta década. En ellas, se ven planos inmersos en el color, rastros de gestos anteriores, incisiones, marcas y, de este modo, determinaciones del espacio que se constituyen como un subtexto preexistente que exprime hasta el límite la exigencia de la labor del artista y del taller que estampa el grabado. Pero es el pensamiento del escultor lo que reside en el proceso de trabajo y lo que hace presente la relación entre pensar y hacer, sin perder de vista la experiencia del cuerpo en la relación sensorial con el espacio como soporte y lugar del dibujo. Esta relación es independiente del formato, de la escala o incluso de la austera aplicación del color, que puede conocer combinaciones más sutiles, como la fusión del azul y el negro en algunos grabados. Esta acción retoma el cuestionamiento sobre la densidad de la materia, el peso de los materiales o su ligereza, sensación ambigua que el autor exploró desde el primer momento en su escultura. Estos grabados actualizan en el trabajo de José Pedro Croft un tiempo que traspasa lo que es transitorio y fugaz'.