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Los primeros acercamientos al caramelo se debieron a que, el material, por sus características mutaba con temperatura y humedad. Pensar en el caramelo y la boca me proponía imaginar perspectivas bucales, recorridos del caramelo en la boca, dibujos de saliva dulce y coloreada en un espacio reducido y circular.

Esta mínima experiencia, poco a poco se fue llenando de referencias y asociaciones: los 500 kg de azúcar convertidos en caramelo, la repetición de moldes de repostería, la imagen de un desierto rocoso y la saliva femenina, todos, condensados en un paisaje chupado, concentraban y remarcaban aún mas el sentido intimista de la obra.

Los roles femeninos encarnados en personajes ficcionales tomados de textos de Elfriede Jelinek, Alejandra Pizarnik y Verónica Pérez Arango son variados y opuestos. Brigitte, Paula, la ... Desdentada y la Condesa, están dispuestas a humillarse, asesinar y morir de frio, en pos de construir un futuro mejor, saciar un capricho sexual o simplemente en pos de atraer alguna mirada externa. Ellas consideran que siendo amables, limpiando obsesivamente la casa, bailando o torturando jovencitas, aumentarán sus cualidades, tendrán mas ingresos, serán mas dulces, mas bellas, mas respetadas y finalmente mas amadas.

En resumen, los personajes en los textos se encuentran, turbados por la asfixia y la opresión del otro, mientras que, las chupadoras de caramelo encuentran un espacio de duda, donde la soledad y la introspección se convierten en el único alivio.