Un gran escritorio, una playlist, papel 'canson' y un boli 'pilot 0.4'. Un proceso resultante de lo cotidiano, de la recuperación visual como material. Papel y boli, porque 'eso todos lo podemos hacer'. Blanco y negro. La ilustración con un objetivo de economía de medios y accesibilidad. Pero no es todo.

Assemblage, collage o costura. La práctica gráfica tiene como derivado una práctica artesanal. Sincretismo geográfico y referencial que da lugar a un sincretismo plástico. La accesibilidad de su práctica permitirá la del discurso. Una conducta impulsiva y bulímica que revela un mundo amenazador e irrisorio poblado por personajes o mensajes muchas veces desilusionados. Representación de escenas primitivas y primarias que sólo esperan a estallar. El delirio del consumo.

Podemos percibir sobre el papel los claps frenéticos de los teclados italo disco, la punch line del rap francés, ... la impetuosidad de Minor Threat o los almibarados textos de Elli & Jacno.

Guerra, también hay. Palabras, mensajes disfrazados, pensamientos escritos como imágenes que nos inducen hasta nuestros propios acondicionamientos.

Camille Lavaud nació en 1981. Vive y trabaja en un taller de tapicería situado en un pueblo medieval del Sur Oeste de Francia y en cualquier hogar de Burdeos o Bruselas. Su destacado trabajo en fanzines y exposiciones colectivas le permitió realizar su primera aparición en 'L'horreur est humaine' hasta que la editorial Orbis Pictus se fijara en ella, y más tarde la agencia de ilustradores Artsfactory.

Licenciada en Bellas Artes en Burdeos, se puede decir que empezó su carrera de ilustradora peregrina como copiloto del bibliobus de su abuelo junto a las amas de casa con afàn de sensaciones paraliterarias de las aldeas de su tierra natal. Dibujar cerca de un follón de novelas (rosas o negras), con el asfalto como único horizonte y el olor de las encuadernaciones a papel sulfurizado. Road Trip y otras historias de imágenes, ilustración itinerante pues, imperativamente prolífera.

Camille Lavaud confiesa haber tenido sus primeros choques estéticos al hojear los comics de Crumb, Clothes o Burn. Su interés por los comics americanos le permite descubrir el arte y la cultura underground como popular de aquel país lo que le llevara a interrogarse a propósito de la impermeabilidad entre la 'high culture' y la 'low culture'. Inspirándose a ratos del graffiti, a ratos de la estética publicitaria, en Google o en problemáticas como la de la relación del artista con el arte, la subcultura tanto como la contracultura, Camille Lavaud ha elegido el dibujo por 'su economía y su carácter inmediato'.

Sus dibujos sobre papeles o paredes nunca están aislados, se hacen eco unos a otros como en un perpetuo movimiento, pero escapan a todo relato. Se realizan según un estado de ánimo, aquel ánimo se convertirá más tarde en el tema.

Aquellos dibujos -que alternan entre abundancia bulímica y minimalismo- son asombrosos por su espontaneidad y su carácter anecdótico.