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La condición de encierro, es parte esencial de los trabajos que componen la exposición de estos cinco jóvenes artistas mexicanos. Esta situación que atañe a los individuos, visibles o invisibles, nos recuerda la agonía absurda de los acaudalados burgueses del film El Ángel Exterminador (1962) de Luis Buñuel. Personajes desesperados que trataban de salir de aquella mansión de la Nobile después de una velada de ópera. Parándose en el borde de la entrada, sin razón aparente, dejan pasar los días hasta que la situación es insostenible; En los videos y obra gráfica que componen esta muestra la imposibilidad de salir de un espacio determinado, viene condicionada sin embargo por el miedo, la precariedad y la falta de recursos que les animen o posibiliten romper el borde del círculo donde ... se encuentran atrapados. Sin duda, nos recuerda también el fatídico destino de los personajes de Passolini en Mamma Roma, rodada en el mismo año que el film de Buñuel, y que muestra la otra cada de la moneda. Personajes que, dadas sus circunstancias de vida, se ven envueltos en una espiral de eterno retorno que les lleva continuamente a la desgracia fruto de la pobreza.

El círculo actúa aquí como una metáfora abstracta del espacio cerrado, pero también narrativa, ya que en algunas de estas obras, los personajes dan vueltas en la periferia de cualquier espacio, mostrando en su imposible huida, las cualidades fenomenológicas de esta figura geométrica.

En el proyecto de José Antonio Vega Macotela (Time Divisa 2005-2010), un preso de la cárcel de Santa Marta Acatitla en ciudad de México, dibuja en diferentes pedazos de papel a través de pequeñas huellas, los recorridos cotidianos que realiza dentro de la cárcel, dejando en blanco los lugares inaccesibles: desde los puntos de control a los espacios dirigidos por el narco dentro del penal. Los recorridos, siempre circulares, forman parte del micromundo creado por el preso en su encierro físico. Igualmente otro preso escribe las frases de todo lo que oye alrededor de su celda, estableciendo un círculo sonoro de relaciones contextuales.

Edgardo Aragón, a través de su serie de videos Efectos de familia (2008), pone sobre la mesa las estrategias del narco y del ejército mexicano para amedrentar a su víctimas. Prácticas que Aragón compone teatralmente como si fueran un juego, donde el acorralamiento circular suele ser constante. Aunque en los videos todo parece absurdo y nunca acaba sucediendo la tragedia, apuntan sin embargo a una situación de encierro mental y claustrofóbico.

En el video de Begoña Morales, La continuidad del lugar (2011), la cámara nos sitúa en primera persona y nos 'arrastra' circular y literalmente a lo largo de una apartamento prototipo de las viviendas sociales que han sustituido, en ciertas zonas, a las casas de autoconstrucción en la periferia de la ciudad de México. El movimiento en círculo nos recuerdo el escaso perímetro de este hogar, sueño vendido por el gobierno como promesa de una vida mejor.

En el proyecto de José Jiménez Ortiz, The map is not the territory (El mapa no es el territorio) (2010), una joven corre desesperada por la ciudad de Monterrey, reconociendo los espacios comunes y las vías de esta importante urbe mexicana. Ante la imposibilidad de seguir una ruta cotidiana dadas las circunstancias de peligrosidad actuales, crea otros caminos, dando nuevos significados a los espacios que va encontrando. Sin embargo, no hay posibilidad de escapatoria y el silencio sepulcral se convierte en la única banda sonora del vídeo.

La pieza de Ricardo Cuevas termina de forma metafórica con la idea de encierro, aunque esta vez, son los de afuera los que parecen quedarse al margen de lo que sucede dentro. Walking with the Ghost es una lectura utópica. Un libro que al ser abierto, pierde para siempre el contenido que encierra en su interior.