Al igual que su serie anterior 'Folklore', en 'Reads like the paper', utiliza técnicas de video low-tech para hilar una narración construida a partir de un archivo personal de imágenes. La cámara es relativamente estable, centrándose en imágenes que se suceden en su ordenador portátil. A veces entromete su mano en el plano para señalar sobre una foto o para animar instructivamente una imagen con el uso de un puntero. La artista utiliza este mecanismo como punto de partida para reflexiones contemplativas e imaginativas. En ciertos fragmentos de la narración, parece que ella está rebuscando su discurso en una memoria vaga y remota y otras veces está elaborando una historia para interrumpirla diciendo, 'tal vez debería explicar esto de nuevo', con cuidado, como si debiera volver a contar para recordar al espectador que estas historias aparentemente desconectadas son dignas de una gran consideración.

En contraste con el proyecto 'Folklore', más enfocado en una memoria histórica y estructurado de manera más lineal como una conferencia, 'Reads like the paper' tiene una naturaleza fragmentaria y ofrece una amplia gama de temas que se unen para crear una meditación hipnótica sobre las relaciones familiares, la falta de vivienda, la acción política y los elementos olvidados de nuestro entorno urbano.

FOLKLORE III

En este trabajo Patricia Esquivias presenta una instalación en la que combina una proyección, una publicación y algunos otros elementos, con los que aborda una narración en la que relaciona Galicia con la Nueva Galicia. La primera es la localidad española y la segunda un territorio colonial mexicano que fue rebautizado en el siglo XVI por la reina Juana la loca. Fue ella quien añadió el adjetivo 'nueva' a una región que ya había sido bautizada por un conquistador. Esquivias toma esta parte de la historia como punto de partida introduciendo en el relato una peculiaridad acerca de la construcción de las viviendas gallegas que le recuerda, aunque invertidas, a las pirámides aztecas.

En las casas a lo largo de la costa de la vieja Galicia existe aún lo que se conoce como 'derecho de vuelo' y significa que las construcciones se pueden expandir en el espacio a medida que crecen en altura. Es una sección en el contrato de compra de la casa. Los añadidos parecen estar hechos para dejar claro que sus dueños han prosperado.

La narración atrapa al espectador entre dos mundos: el primero es una región antigua que contiene un lugar llamado 'Fin del mundo' con casas que se expanden a medida que sus dueños prosperan, el otro es un territorio que a pesar de que durante generaciones proporcionó la ilusión de un nuevo comienzo, sus casas casi nunca llegan a estar terminadas; como si sus dueños no creyesen en su propio progreso.