El viernes 27 de abril de 2012 va a tener lugar en la Galería Cristóbal Bejarano, de Linares (Jaén), la inauguración de una exposición de pintura del artista linarense Rafael Cerdá Flores, circunstancia ésta que representa su primera aparición individual ante el público. Formado en la Facultad de Bellas Artes de Altea, integrada en la Universidad Miguel Hernández, de Elche, Rafael ha coexistido desde sus más remotos recuerdos de infancia entre los olores del óleo y las esencias de la trementina, que han sido habituales -en el devenir de los días- en el estudio de su padre, el reconocido pintor montoreño Rafael Cerdá Martínez y, por tanto, el trasiego implícito a toda vorágine de creación habitaba silente -pero inquieto- en el ADN del joven, que con esta figuración pública inaugura su particular camino en búsqueda de lenguajes plásticos propios.

Para la ocasión ha ... dispuesto una veintena de trabajos de fundamentación geométrica y abstracta, a los que solapa improntas expresionistas de aplicación del color, y en los que confiere un gran protagonismo a la huella y al gesto determinado por el propio artista en el itinerario generativo.

Como técnica utiliza preferentemente el acrílico, aunque en muchos de estos trabajos se combinan otros procedimientos artísticos, dando como resultado orquestaciones mixtas de singular riqueza matérica y extrema armonía en lo referente a las combinaciones del color, lo cual le permite alcanzar en algunas de estas obras efectos directos, licuados -alla prima-, muy próximos a los que posibilita el método de la acuarela.

De inicio, se disponen fondos orquestados topológicamente con atemperadas y uniformes manchas tonales, a las que se solapan improntas cuyo testimonio queda impreso por oportunas ráfagas de color al aerógrafo. Resultan, en consideración de estas pautas de acción, singulares orquestaciones que, a veces, se secuencian integradas en fórmulas modulares en las que los recursos constitutivos transitan entre los distintos paneles, definiéndose de este modo una obra integral que sobrepasa y afecta los límites espaciales de cada unidad compositiva.

La aplicación de veladuras constituye una constante en todas estas obras, una técnica tradicional que trasvasa los siglos para ser aplicada en composiciones rigurosamente contemporáneas, lo cual viene a confirmar la existencia de vínculos imperecederos en la dinámica plástica, que sobrepasan los imprecisos límites determinados por las etapas histórico-artísticas.

Completan la muestra una nutrida serie de grabados realizados mediante distintas técnicas de impresión -aguafuertes, aguatintas, gofrados, xilografías...-, elegantes y esenciales, resueltos con un rigor compositivo extremo pero siempre ingeniosa determinación, integrados -a veces- por signos y caligrafías de gravitación oriental.