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El encuentro en la poética de Eugenio Granell ofrece una visión multidisciplinar, en la que el 'encuentro' es el punto de partida. Los visitantes podrán admirar unas 114 obras, realizadas entre las décadas de los 40 y 90, entre dibujos, óleos, gouaches, construcciones, objetos y fotografías.

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La exposición gira en torno al 'encuentro' como un hecho trascendente, vinculado al universo creativo, y relacionado con doloroso acto de enfrentarse a una obra. Así, el visitante se encuentra con diferentes elementos que fueron, por un lado, el resultado de un encuentro y, por otro, el detonador del acto creativo.

UN VIAJE POR LOS 'ENCUENTROS' DE GRANELL

Alojada en el Arquivo de Galicia y distribuida en cinco pabellones, en la primera parada de esta historia de Eugenio Granell y sus encuentros, el visitante se adentra en signos y símbolos de representación que se entrelazan y que lo introducen en un estado donde los objetos adquieren una connotación nueva. El 'Autorretrato' realizado por Granell en 1944 será la pieza clave que sale a nuestro encuentro como anuncio iniciático y que marcará este viaje.

El encuentro con la política, con el conflicto y con la tragedia tiene también un espacio en el que se muestra el escenario del horror, el conflicto que acaba en pérdida, muerte y expulsión pero también en triunfo y esperanza. Es aquí donde nos encontraremos una de las obras más importantes de las relacionadas con la política y, por lo tanto, con la contienda del 36. Se trata de 'La elegía por Andrés Nin', de 1991.

Después, la muestra se detiene en otros encuentros y relaciones de gran importancia para el artista. El proceso creativo de Eugenio Granell estuvo profundamente marcado por los encuentros con diferentes personajes a lo largo de su vida. Pero de la larga lista de personalidades, dos van a darnos la clave para entender el discurso plástico y literario: André Bretón e Marcel Duchamp.

En el siguiente espacio, este recorrido por los 'encuentros' de Granell lleva al espectador a adentrarse en la antigüedad y en uno de los cuadernos de dibujos del artista más importantes de su trayectoria: el realizado en 1939, ya en el exilio francés.

Cargada de simbología, esperanza y recuerdo casi nostálgico de la idea omnipresente del paraíso, la muestra completa con una última parada dedicada al espacio de libertad, representada en dos de los temas principales del discurso de Granell: la mujer y la isla, como espacio libre y sinónimo de felicidad. La isla se hace presente a través de una publicación de 1951, 'Isla Cofre Mítico', para la que Granell crea una serie de ilustraciones para acompañar al texto y que cobran especial protagonismo en la parte central de este pabellón.